A LAS CRÍTICAS DE « BEL-AMI »
( Aux critiques de « Bel-Ami » )

Publicado en el Gil Blas, el 7 de junio de 1885

UNA RESPUESTA

Recibimos de nuestro colaborador, Guy de Maupassant, la siguiente carta, que nos apresuramos a publicar:

Roma, 1 de junio de 1885

      Mi querido Redactor en jefe,

     Al regreso de una muy larga excursión que me ha impedido comunicarme antes con el Gil Blas, encuentro en Roma una cantidad de periódicos cuyas apreciaciones sobre mi novela Bel-Ami me sorprenden tanto como me afligen.
     Había recibido ya en Catania un artículo de Montjoyeux, a quien he escrito de inmediato. Me parece necesario dar algunas explicaciones en el mismo periódico donde ha aparecido mi folletín. No me esperaba mucho, lo confieso, estar obligado a contar mis intenciones, que han sido muy bien comprendidas, es cierto, por algunos colegas menos susceptibles que otros.
     Así pues, los periodistas, de los que se puede decir como se decía antaño de los poetas: Irritabile genus, suponen que yo he querido pintar la Prensa contemporánea completamente, y generalizar de tal modo que todos los periódicos fuesen como La Vie française, y todos sus redactores los tres o cuatro personajes que he puesto en movimiento. Me parece sin embargo que no había medio de confundirse, reflexionando un poco.
      Simplemente he querido contar la vida de un aventurero semejante a todos aquellos que nosotros frecuentamos cada día en París, y que se encuentran en todas las profesiones existentes.
      ¿ Es en realidad periodista ? No. Lo tomo en el momento en el que va a hacerse escudero en un tejemaneje. Esa no es la vocación que él posee. Tengo cuidado de decir que él no sabe nada, que simplemente está hambriento de dinero y privado de conciencia. Muestro desde las primeras líneas que se tiene ante si una semilla de bribón, que va a plantarse en el mismo terreno donde caerá. Ese terreno es un periódico. ¿ Por qué esa elección, se preguntarán ? ¿ Por qué ? Porque ese medio me era más favorable que cualquier otro para mostrar claramente las etapas de mi personaje; y también porque el periódico lleva a todo como se ha repetido a menudo. En otra profesión, hacen falta conocimientos especiales, preparaciones más prolongadas. Las puertas para entrar están más cerradas, y para salir son menos numerosas. La Prensa es una especie de inmensa república que se extiende por todos lados, donde se encuentra de todo, donde se puede hacer todo, donde es tan fácil ser un honesto hombre como un bribón. Entonces, mi personaje, entrando en el periodismo, podía emplear fácilmente los medios especiales que debía tomar para medrar.
     No tiene ningún talento. Es solo para las mujeres por quienes medra. ¿ Se convierte en periodista al menos ? No. Atraviesa todas las especialidades del periódico sin detenerse, pues busca la fortuna sin detenerse sobre las etapas. Debuta como reportero, y pasa. Ahora bien, en general, en la Prensa, como en otra parte, uno se confina en un rincón, y los reporteros, nacidos con esta vocación, permanecen a menudo siendo reporteros toda su vida. Se podrían citar a algunos célebres. Muchos son personas valientes, casados, que hacen eso como si fuesen empleados en un ministerio. Duroy se convierte en el jefe de los Ecos: otra especialidad muy difícil y que conserva también a sus personas cuando se convierten en maestros.
      Los Ecos constituyen a menudo la fortuna de un periódico, y se conocen en París algunos reporteros cuya pluma es tan envidiada como la de algunos escritores conocidos. De ahí Bel-Ami llega rápidamente a la crónica política. Espero, al menos, que no se me acusará de haber aludido a los Señores J.-J. Weiss o John Lemoinne. Pero, ¿ cómo se podría ser sospechoso de haber aludido a alguien ?
      Los redactores políticos, más que los otros, tal vez, son personas sedentarias y graves que no cambian ni de profesión, ni de hoja. Hacen toda su vida el mismo artículo; según su opinión, con más o menos fantasía, de variedad y de talento en la forma. Y cuando cambian de opinión no hacen más que cambiar de periódico. Ahora bien, es muy evidente que mi aventurero camina hacia la política militante, hacia la diputación, hacia otra vida y otros acontecimientos. Y lo consigue por la practica, con cierta ligereza de pluma, no se convierte por eso en un escritor, ni en un auténtico periodista. Es a las mujeres a quienes deberá su ascenso. El título: Bel-Ami, ¿ no lo indica suficientemente ?
      Entonces, convertido en periodista por casualidad, por el azar de un reencuentro, en el momento en el que iba a hacerse escudero, se sirve de la Prensa como un ladrón se sirve de una escalera. Se entiende que las personas honestas no pueden emplear la misma escalera. Pero llego a otro reproche. Parece creerse que he querido en el periodico que he inventado, La Vie française, hacer la crítica o más bien el proceso a toda la prensa parisina. Si hubiese elegido por marco un gran periódico, un verdadero periódico, aquellos que se enfadan tendrían absolutamente toda la razón contra mí; pero he tenido cuidado, al contrario, de tomar una de esas hojas sospechosas, especie de agencia de una banda de manipuladores políticos y de saqueadores de bolsas, como existen algunos, desgraciadamente. He tenido cuidado de calificarla en todo momento, y de no colocar en realidad más que a dos periodistas, Norbert de Varenne y Jacques Rival, que aportan simplemente su copia, y permanecen fuera de todas las especulaciones de la casa.
      Queriendo analizar a un crápula, lo he desarrollado en un medio digno de él a fin de dar más relieve a ese personaje. Tenía ese derecho absoluto como habría tenido aquel de tomar al más honorable de los periodistas para mostrar allí la vida laboriosa y tranquila de un hombre honesto.
      Ahora bien, ¿ cómo se ha podido suponer un segundo que yo hubiese tenido el pensamiento de sintetizar todos los periódicos de Paris en uno solo ? Que escritor teniendo unas pretensiones, justas o no, a la observación, a la lógica y a su buena fe, podría crear un tipo de periódico recordando al mismo tiempo a La Gazette de France, Le Gil Blas, Le Temps, Le Figaro, Les Débats, Le Charivari, Le Gaulois, La Vie parisienne, L'Intransigeant, etc., etc. Y yo habría imaginado La Vie française  para dar una idea de la Union y de los Debats, por ejemplo !... Esto es tan ridículo que no comprendo verdaderamente ¡ qué mosca ha picado a mis colegas ! Y me gustaría aunque se tratase de inventar una hoja que se pareciera al Univers de un lado y del otro a los papeles obscenos que se ponen a la venta, por la noche, en los bulevares. Ahora bien, ellos existen, esas hojas obscenas, ¿ no es asi ? Existen tambien otras que no son en verdad más que cuevas de salteadores financieros, de fabricantes de chantajes y emisores de valores ficticios.
Es una de esas la que he elegido.
      ¿ He revelado su existencia a alguien ? No. El público las conoce; y cuantas veces unos periodistas amigos míos se han indignado ante mí de los tejemanejes de esos productores de vileza !
      ¿ Entonces, de qué quejarse ? ¿ De qué el vicio triunfa al fin ? Eso nunca llegará a pasar ¿ y no se podría citar a nadie entre los financieros poderosos cuyos principios hayan sido tan dudosos como los de Georges Duroy ?
      ¿ Puede alguien reconocerse en uno de mis personajes ? No. ¿ Puede afirmarse incluso que haya pensado en alguien ? No.- Pues no he aludido a nadie.
      He descrito el periodismo sospechoso como se describe el mundo sospechosos. ¿ Estaba eso prohibido ?
      Y si se me reprocha ver demasiado negro, no mirar más que personas corruptas, respondería justamente que eso no se da en el medio de mis personajes  en donde habría podido encontrar muchos seres virtuosos y limpios. No he inventado este proverbio: « Quien se parece, se asemeja.»
      Finalmente, como último argumento, rogaría a los descontentos que releyeran la inmortal novela que dado título a este periódico: Gil Blas, y hacerme enseguida la lista de las personas simpáticas que Le Sage nos ha mostrado, aunque en su obra haya recorrido un poco todos los mundos.
      Cuento, mi querido redactor en jefe, con que usted querrá dar hospitalidad a esta defensa, y le estrecho muy cordialmente la mano.

7 de junio de 1885
Traducción de José M. Ramos González para http://www.iesxunqueira1.com/maupassant
Versión en francés: http://maupassant.free.fr/cadre.php?page=oeuvre