¿ NUEVO ESCÁNDALO ?
( Nouveau scandale ? )
Publicado en el Gil Blas, el 15 de noviembre de 1887

       Ayer en París, ha ocurrido algo bastante inverosímil. Incluso rechazamos en admitir absolutamente las más amplias informaciones. Sin embargo, como resulta de interés al mundo de las letras al completo, es nuestro deber dar a conocer a los lectores del Gil Blas, todo el asunto poniéndoles en guardia contra una credulidad demasiada apresurada.
      Se cuenta que todos los miembros aún vivos de la Academia francesa han sido convocados ayer en el domicilio de uno de los más ilustres entre ellos, uno de los más venerados maestros del pensamiento moderno, para recibir comunicación de una revelación de las más graves.
      Se trataba nada más y nada menos que el comienzo del proceso de las Señoras Limouzin, Rattazzy y de otras damas, que no nombramos por un sentimiento de discreción muy natural, que habrían empleado para las últimas nominaciones académicas las mismas maniobras ilícitas que para los alimentos de escudilla en el Ministerio de la guerra  o para las condecoraciones urgentemente concedidas a los industriales ricos.
      El hecho denunciado es tanto más triste, y, odiamos decirlo, tanto más improbable, que es sabido en el mundo entero cuanto está la Academia francesa alejada de las influencias y de las coqueterías femeninas.
      Que algunos viejos generales, cansados por sus campañas, se dejen embaucar, conquistar e incluso corromper hasta conceder, bajo la solicitud de miradas tentadoras y de bolsas sonantes, un suministro de bidones, de botones de guerreras o de paños para los pantalones a los fabricantes astutos, podemos admitirlo aún con el beneficio de la duda, pero no podemos creer que los Inmortales hayan tenido la debilidad de dar sus votos a los candidatos de esas damas.
      He aquí, en todo caso, lo que se cuenta.
      Desde hace años, se habrían celebrado en casa de las Sras. Limouzin, Rattavzzi, D... y S..., unas cenas y unas veladas literarias, destinadas únicamente a la conquista de influencias ilegítimas en el seno de la ilustre asamblea. En esas cenas, a las que asistían, según se asegura, la élite de la literatura contemporánea, que alternaba de ese modo con generales y políticos, se trataba, para salvar las apariencias, las más altas cuestiones de arte y de ciencia, pero en realidad se presentaban a jóvenes poetas y a jóvenes escritores ambiciosos de formar parte del grupo de los grandes maestros en el arte de escribir.
      La maestra de ceremonias ( no nombramos a nadie a fin de no descubrir demasiado claramente a los invitados ) aprovechaba el dulce momento que sigue a los descanso, cuando la laxitud nacida de los vinos generosos se mezcla con el reconocimiento de la digestión que va bien, para aproximarse a un Inmortal satisfecho, y decirle, con su más seductora sonrisa.
      - Querido maestro, permítame presentarle al Sr. Roulon des Palmes que acaba de publicar Fleurs aurorales, del qué ya os he hablado.
      Y de este modo, semana tras semana, se hacia el asedio al gran hombre que comenzaba por votar un premio para Fleurs aurorales o para Triple Chätiment, del Sr. Jeahn Larivaudière, novelista de gran talento, todavía poco conocido y casi un debutante en el mundo de las letras, aunque con setenta y tres años. Uno se explica entonces hoy, por mediación de esta enojosa influencia de ciertas mujeres intrigantes, las elecciones tan discutidas a menudo y las recompensas tan frecuentemente incomprensibles concedidas por la Academia.
      Incluso se  atribuye, pero nosotros nos negamos a creerlo absolutamente, una gran parte a las Sras Limouzin y Rattazzi en las nominaciones de los Señores Léon Say y Ferdinand de Lesseps como miembros de la Academia, pues se asegura, en voz baja, que se han encontrado en sus casas, durante una investigación hecha por el Sr. Gragnon, cuatro colecciones de obras completas de esos dos Inmortales, o sea ciento noventa y seis volúmenes que habrían desaparecido en el transcurso de la investigación.
      El Sr. Gragnon tendrá que explicarse respecto de esta desaparición ante la comisión parlamentaria. Uno se pregunta con curiosidad lo que se ha podido hacer con semejante cantidad de libros. Los han destruido o entregado a sus autores para que puedan remodelarlos a su gusto. Esta última versión es muy admisible, pues no se conoce en el comercio, ejemplares de esta colección.
      He aquí ahora una muestra de las cartas que se comentaban ayer en el bulevar, pues, verdaderas o falsas, todo el mundo las conoce de corazón.
      « Querida señora, usted es verdaderamente la más deliciosa de las amigas, y el paté de foie gras que me ha enviado, el más suculento de los patés. Mi mujer lo ha encontrado exquisito y me ha encargado que os lo agradezca. Lo hemos degustado con devoción, pensando en usted y hablando de usted. Tenemos tantas cosas buenas que decir, descubrimos cada día en usted unas cualidades nuevas y tan encantadoras, que este elogio, iniciado desde que nos hemos conocido, no finalizará más que con mi vida.
      « Desde luego, pienso en vuestro candidato y trabajo por él. He ganado ya la adhesión de L..., de G..., de B..., de N... y de R.... Si me atreviese a daros un consejo, sería el que invitase a cenar al Sr. R... que es un gran amante de la buena cocina y de las conversaciones doctas.
      « Volviendo a vuestro amigo, el Sr. Palumeau, estamos todos de acuerdo acerca del gran valor de su bello libro : "El empleo del verbo ser en la antigua poesía francesa", y no dudo de que obtendrá el premio de tres mil francos que usted me ha pedido para él.
      « Quiero añadir, querida señora, el homenaje, etc. »
      Se ha pensado un momento que la fecha consignada sobre esta carta era anterior a la fabricación del papel, pero el experto consultado ha declarado reconocer el papel especial destinado a la preparación del diccionario, y fabricado en 1640. Algunas hojas apenas han desaparecido desde esa época.
      Se cuenta también, todavía más bajo, que esta agencia para las nominaciones y premios académicos tenía una organización mucho más activa y compleja que la agencia para las escudillas y decoraciones, y que si el escándalo no había sido sofocado en origen, como se dice en el Instituto, habría alcanzado al menos a 20 de los 40 Inmortales. Esto es falso, no lo dudamos. Parece probable sin embargo que esas damas se hayan ocupado activamente de mantener sus candidatos para los tres sillones actualmente vacantes.
      Se rumorea que el Sr. Claretie esta activamente apadrinado por la Sra. Limouzin. Los habituales al teatro de los Franceses, comentan que se había representado en escena un acto en verso titulado: Péché caché de... adivinen... del Sr. Limouzin, ¡ el mismo !...
      A continuación de esta representación, cuatro accionistas de la Comédie ¡ debían recibir la cruz de honor ! No diremos sus nombres.
      Se afirma también que una chalupa cañonera amarrada actualmente en el muelle de la Tournelle ha sido ofrecida, con la tripulación al completo, por un almirante, candidato al segundo sillón, a la Sra. Rattazzi, quién debía presentarlo al ministro de la Marina para solicitar su admisión en la flota, habiendo sido sustituido de unos torpederos reconocidos defectuosos como consecuencia de las maniobras de este verano.
       Se pretende finalmente que el candidato al tercer sillón no sería otro que el mismo general Boulanger. He aquí al respecto algunos detalles bastante curiosos. Se ha sorprendido, en casa de la Sra. Limouzin, durante el primer registro, tres voluminosos paquetes de cartas. Son cartas que no vale la pena leer, pero que han decidido al gobierno a remover todo este lodo con la esperanza de cubrir a este temible oficial. Ahora bien, no se trataba más que de tres volúmenes de correspondencia enviados para la impresión y a los que la Sra. Limouzin corregía las pruebas.
      Es inútil añadir que esos volúmenes debían asegurar la nominación del general a la Academia. Los títulos que ha querido comunicarnos un simpático editor eran:
        - Lettres aux Princes ;
        - Lettres à Divers ;
        - Lettres aux Dames.
        He aquí ahora lo más curioso del asunto.
         ¿ De dónde proviene la revelación de estos tejemanejes académicos ?
         ¡ Del Sr. Michelin !...
         ¿ Cómo y por qué ?
         Recuérdese que la Sra. Rattazi fue condenada por el tribunal por tentativa de corrupción sobre este incorruptible presidente del Consejo municipal.
       Ahora bien, parece que con motivo del rechazo indignado de este honesto hombre, esta dama, por un brusco giro muy típico femenino, entusiasmada de esta conducta, fue a buscarlo de nuevo para ofrecerle el premio Montyon, y a fin de convencerle le dio pruebas irrefutables de sus relaciones con la Academia.
      No menos intratable la segunda vez que la primera, rechazando la recompensa del mismo modo que había rechazado la tentativa de corrupción, el Sr. Michelin no dudó en denunciar esta nueva maniobra.

      En el último momento, se nos informa de que hemos sido engañados y que se trata simplemente de la academia del Gato Negro, de la que el Sr. Salis es director perpetuo.
       La gestión de la Sra. Limouzin, yendo a buscar refugio y protección en casa de ese ilustre cabaretero, da mucha más verosimilitud a esta reciente versión.

15 de noviembre de 1887
Traducción de José M. Ramos González para http://www.iesxunqueira1.com/maupassant
Versión en francés: http://maupassant.free.fr/cadre.php?page=oeuvre