Un día de campo y otros cuentos galantes

     A diferencia de la antología  la Casa Tellier y otros cuentos eróticos, donde el tema principal son las relaciones amorosas mercantiles con prostitutas, en esta colección predominan los amores en el matrimonio, ilícitos o no. El adulterio es uno de los temas más utilizados por Maupassant para recrear estas historias, asi como las situaciones veladas y con ciertas dosis picantes.
     Los lugares: París y sus alrededores y sobre todo el Sena; el río que Maupassant tanto amó, no en vano en el relato titulado Mosca, puede leerse el siguiente párrafo: 
     "Mi grande, mi única, mi absorbente pasión fue, durante diez años, el Sena. ¡Ah! ¡Río hermoso, tranquilo, variado y apestoso, lleno de espejismos e inmundicias! Lo amé tanto, creo, porque me dio, me parece, el sentido de la vida..."

NOTA.- Los textos desde aquí vinculados, son producto de otras traducciones independientes de las contenidas en el libro citado por respeto a los legítimos derechos de traducción. Han sido  realizadas especialmente para este sitio o bien establecidas a modo de enlaces, en ventanas independientes, a otras páginas web ajenas a este trabajo.

Un día de campo.- Una familia pasa un domingo en el campo a orillas del Sena. Dos jóvenes remeros invitan a la madre e hija a un paseo en yola mientras los hombres duermen la siesta embotados por la comida y el alcohol. El paseo se convertirá en algo más que un simple e inocente recorrido fluvial.    

La mujer de Paul.- Paul estaba enamorado con ese amor esclavo que todo lo permite y que cuanto más padece más se intensifica. Los devaneos lésbicos de su amada le harán tomar una decisión fatal.     

Truco.- El ministro se encandila de una joven casada y es su amante durante varios años. Ella le dice que va a tener un hijo. Para evitar escándalos él le paga un viaje a Italia donde estaba el marido de ésta; del mismo modo va entregando periódicamente ciertas cantidades para su hijo. Pero todavía no conoce al pequeño.

Yveline Samoris.- Yveline Samoris recibe en su casa a los caballeros más distinguidos y exigentes, satisfaciendo sus deseos más recónditos. Su hija, inocente y ajena a la actividad de su madre, es feliz y dichosa hasta que un día descubre la verdad y somete a su madre a una dura prueba.

Las joyas.- Su mujer solo tenía un defecto: su afición al teatro y a la bisutería. Su muerte lo sumió en la más profunda de las desesperaciones; desesperado y arruinado solo le quedaba empeñar aquella quincalla que siempre le irritó.  

Junto al lecho.- Él solicita los favores de su esposa que antaño fuera rechazada y humillada. Renacida la pasión, él apela a su condición de marido. Ella, inflexible, pide algo insólito a cambio.

¡Condecorado!.- Desde niño soñaba con poseer una medalla. Ser condecorado seguía siendo su obsesión. Un día llega inesperadamente a su hogar después de un viaje y su esposa le dará una grata sorpresa.   

Un sabio.- Un hombre, desesperado por no poder satisfacer las necesidades de su esposa a la que ama con locura, sigue los consejos de un buen amigo que sabiamente le aconseja.

Rose.- Dos damas de alta alcurnia debaten sobre los placeres proporcionados al ser amadas por hombres de rango inferior. Una de ellas cuenta con cierto pesar, las vicisitudes que la llevaron a prescindir de su espléndida doncella.

Encuentro- El barón se separó de su esposa al descubrir un infidelidad de ésta. Pasados seis años la encuentra accidentalmente en un tren. Al verla tan exquisita, se enciende en él la pasión de antaño, pero ella le rechaza y le hace saber que su encuentro no se debe al azar.

La desconocida.- Él se ve atraido inexplicablemente por una enigmática mujer que encuentra paseando por las calles de París. Pero hay algo que le impide consumar su amor.

El método de Roger.- Roger se casó con una viuda que, experimentada, lo sometió a una humillante noche de bodas. Despechado y molesto decidió irse a una casa de citas para volver a su lecho con energías renovadas.

La horquilla.- El amor por una mujer lo arruinó hasta el extremo de huir  muy lejos para recuperar de nuevo su fortuna con el objeto de volver a ella de nuevo.

La confidencia.- Una dama relata a su amiga como ha sido infiel a su insoportable marido.

Imprudencia.- Ella, hastiada de la relación matrimonial monótona y sin emociones, le pide a su esposo que la lleve a un cabaret para sentirse por un día como una querida viviendo una relación pecaminosa.

Salvada.- Una dama contrata los servicios de una doncella para que seduzca a su marido y obtener de este modo las pruebas de infidelidad que necesita para obtener el divorcio.  

La seña.- Una respetable dama observa, en el balcón del edificio de enfrente, los ardides de una prostituta para atraer clientes. Aguijoneada por la curiosidad repite una sutil seña imitando a la cortesana. Lo hace tan bien que el viandante, aludido, sube sin titubeos a llamar a su puerta.

En el bosque.- Una pareja de ancianos es sorprendida por un guardabosques en una situación harto comprometida. La mujer explica al alcalde las razones que los han impulsado a cometer un acto contra la moral y las buenas costumbres.

La baronesa.- Una hermosa dama en apuros económicos solicita la ayuda de un anticuario. Este le presta un Cristo al objeto de ir enviando clientes a la casa de ésta con la excusa de una compra. Tal discreción borra toda sombra de duda y salvaguarda las formas.

Los alfileres.- Mediante un curioso lenguaje visual con los alfileres del tocado, dejados como por olvido en el espejo de la habitación,  las dos amantes de un joven vividor y mujeriego se intercambian mensajes.

La cita.- La casada se dirige a casa de su amante; pero aburrida y hastiada de esta situación va demorándose por el camino con animo de robar el mayor tiempo posible a esa cita convertida en irritante costumbre.

Mosca. Recuerdos de un remero.- Una joven entra a formar parte de la tripulación de una yola formada por cinco jovenes. De caracter alegre y un poco alocado, accede a ser la amante de los cinco remeros.

Los tumbales.- Dícese de las mujeres que, aprovechándose de la pena de los viudos que visitan las tumbas de sus esposas fallecidas, conquistan sus corazones y haciendas simulando compartir el mismo dolor.