Le Figaro. Suplemente literario del domingo.  7 de abril de 1906.

 

 

UNA CARTA INÉDITA DE GUY DE MAUPASSANT

 

El admirable autor de Boule de Suif y de Mademoiselle Fifi y de Fort comme la mort, nunca quiso confiar a nadie el fondo de su pensamiento de artista; siempre se sustrajo a las entrevistas literarias…

Hemos tenido la buena fortuna de poner la mano sobre una carta que el gran escritor escribió un día a un joven poeta desconocido[1]… Allí, donde los entrevistadores habían fracasado, el debutante obtenía un éxito absoluto; pues Maupassant le hace, en dos páginas, una auténtica profesión de fe literaria.

He aquí, tal cual, la copia de la carta dirigida por el Maestro, hace algunos años, al audaz que había tomado la libertad de enviarle media docena de sonetos:

 

Châtel-Guyon, 17 de julio

[¿1886?]

 

      Señor, establecer las reglas de un arte no es algo fácil, toda vez que cada temperamento de escritor tiene necesidad de reglas diferentes. Creo que para producir, no es necesario razonar demasiado. Pero hace falta mirar mucho y pensar en lo que se ha visto. Ver: eso es todo, y ver justo. Entiendo por ver justo, ver con sus propios ojos y no con los de los maestros. La originalidad de un artista reside en primer lugar en las pequeñas cosas y no en las grandes.

      Obras maestras han sido hechas sobre detalles insignificantes, sobre objetos vulgares. Es necesario encontrar en las cosas una significación que todavía no ha sido descubierta y tratar de expresarla de una manera personal.

      Aquél que me asombre hablando de un guijarro, de un tronco de árbol, de una rata, de una vieja silla, estará en el camino del arte y preparado, más tarde, para los grandes temas.

      Se ha cantado demasiado a las auroras, los soles, las rosas y la luna, las muchachas y el amor, para que los recién llegados no imiten siempre algo en lo tocante a estos temas.

      Y además, creo que hay que evitar las vagas inspiraciones. El arte es matemática, los grandes efectos están obtenidos por medios sencillos y bien combinados. Chateaubriand[2] dijo: « El genio no es más que una gran paciencia. »

      Creo que el talento no es más que una larga reflexión, dando por hecho que se tiene inteligencia.

      En efecto, usted tiene dones poéticos, un espíritu que recibe bien las impresiones, que se deja penetrar por los objetos y las ideas. No le falta, en mi humilde opinión, más que una tensión de reflexión para utilizar plenamente sus medios evitando sobre todo los pensamientos llamados poéticos, y buscando la poesía en las cosas precisas o despreciadas, donde pocos artistas han podido descubrirla.

      Pero sobre todo, sobre todo, no imite, no recuerde nada de lo que ha leído; olvide todo, y (le voy a decir una monstruosidad que creo absolutamente verdadera), para llegar a ser personal, no admire a nadie.

      Es difícil, en cincuenta líneas, hablar de estas cosas sin caer en la pedantería, y me doy cuenta de que no he evitado ese escollo.

      Le estrecho cordialmente la mano.

 

     GUY DE MAUPASSANT

 

Esta carta prueba que Maupassant permanece siendo fiel a la disciplina de Flaubert, cuya correspondencia desarrolla con abundancia las ideas que se acaban de leer.

 

Maurice Vaucaire.

 

Le Figaro. Suplemente literario del domingo.  7 de abril de 1906.

Traducción de José M. Ramos González. Febrero 2017.


 

[1] Maurice Vaucaire  (Nota del T.)

[2] Maupassant confunde Chateaubriand con Buffon. Comete el mismo lapsus en el prefacio de Pierre et Jean, publicado en le Figaro.