Revue littéraire d'histoire de la France  julio-septiembre 1981 

 

GUY DE MAUPASSANT, Bel-Ami. Texto presentado y comentado por MARIE-CLAIRE BANCQUART. Ilustraciones de ALAIN GHERTMAN. París, Lettres françaises, Colecction de l’Imprimerie Nationale, 1979. Un vol. grand in-8º 22,5x16, 443 páginas.

 

Esta nueva edición de Bel Ami no solamente es la de la persona culta, como podría dejar suponer su lujosa  y a la vez sobria presentación, sobre un papel de alta calidad, con los caracteres denominados «Carlos X», sino también – lo que nos llama la atención más en particular – la del especialista. Edición artística, trabajo de artista donde se conservan las proporciones precisas, donde nada importante es omitido y nada superfluo viene a oscurecerla: tal era el objetivo de Marie-Claire Bancquart. Ella lo consigue con infinita ciencia y elegancia.

Con mucha modestia igualmente, consigue, en efecto, la primera edición realmente crítica de uno de los textos más conocidos de la literatura naturalista y espera a la página 385 para revelar al lector que es la primera en haber tenido «la gran fortuna de poder estudiar en detalle el manuscrito», actualmente en poder de la Pierpont Morgan Library de New York. Era imposible en las condiciones actuales de la edición hacer un extracto exhaustivo de las variantes, pero la elección realizada por la Sra. Bancquart permite seguir paso a paso a un Maupassant «escribiendo» al que no estábamos habituados, a pesar de los importantes trabajos que han sido dedicados a la cuestión, entre otros los de André Vial y de Gérard Dalaisement, primer editor de Bel-Ami. Desde la introducción (páginas 39-40), la Sra. Bancquart invita a retomar, a través de la elección de variantes, los caminos de Maupassant, para constatar la seriedad ejemplar de su tarea de escritor: «Se ve, escribe ella en la página 39, en qué modo trabajaba Maupassant sobre el texto, y modificaba al instante situaciones que no hubiesen convenido completamente a la concepción del héroe. Él camina en el sentido de lo real y de la unidad. También retoca ciertas descripciones, puro trabajo de estilo del que se encuentra un ejemplo al principio del capítulo IV de la segunda parte; pero esas correcciones son relativamente poco numerosas, y generalmente poco extendidas», para concluir (página 40): «se advierte, leyendo a Maupassant, que si destaca describiendo, no es porque carezca de sensibilidad por las cosas y los tiempos, sino que, al contrario, los impregna de esa sensibilidad. Uno también advierte y especialmente, como a través de una aparente claridad, él nos proporciona « la expresión completa y misteriosa de un arte» muy sutil y muy calculado».

Estos no son juicios de valor, sino el fruto de una paciente y eficaz investigación sobre los pasos del novelista, del que ella ha retomado, paso a paso, las búsquedas encontrando inestimables documentos de archivo como los dossiers de los archivos de la Prefectura de Policía sobre los asuntos de Tunicia, el estado político de Francia, Nina de Callias o Aureélien Scholl. Todo eso es tanto o más apasionante toda vez que la Sra. Bancquart concoce perfectamente, por haberla estudiado, «su»  sociedad parisina del siglo XIX.

Una mera observación de «conserje»– como hubiese dicho Flauubert - : ¡es muy poco verosímil que el cura de la Trinidad tenga alguna relación con el cura Mugnier al que Maupassant no debió frecuentar mucho!

La ilustración de Alain Ghertman pueden sorprender: de hecho provoca una especie de choque por su apariencia casi impresionista, lo que no se podría decir de la iconografía, que resulta bastante banal.

 

PIERRE COGNY.

 

 Publicado en La Revue d'histoire littéraire de la France julio-octubre 1981

Traducción de José M. Ramos González

para http://www.iesxunqueira1.com/maupassant