La Semaine Littéraire, 23 de marzo de 1912

 

ECOS VARIADOS

 

El Figaro ha publicado un muy interesante artículo del Sr. Georges de Porto-Riche sobre Maupassant, del que fue su amigo. Nos muestra a un Maupassant muy frío, muy correcto, un poco diferente del que nosotros nos imaginamos. En estos momentos se representa una obra teatral adaptada de Bel-Ami. El autor de esta novela se dejaba ver poco. Su conversación era prudente; no decía más que lo necesario y raramente hablaba de sí mismo. «No ataca, pero su respuesta es peligrosa, dice el Sr. de Porto-Riche. Uno siempre se confunde con este normando.»

De este retrato que incluso fue escrito en vida del gran escritor, entresacamos estos rasgos:

«El autor de la Maison Tellier es casto en sus palabras. No temáis invitarlo con muchachitas. Es un curtido hombre de mundo. Si alguien, enardecido por su presencia, aventura alguna historia altisonante, el Sr. Guy de Maupassant sonríe, pero no más que los demás. Ve de inmediato a que público dar pábulo y lo que puede arriesgar. Yo les desafío a arrastrarle. En el fondo lo considero de aquellos que no saben ser inconvenientes a medias. El Sr. Guy de Maupassant no bromea sobre ciertas cosas.

»Además es de una singular impasibilidad. Jamás pregunta; nunca insiste; su manera de actuar nunca traiciona la menor curiosidad. Ni siquiera uno se siente observado por él.

» Todos los hombres y las cosas deben tener la misma importancia o la misma insignificancia a sus ojos.

»Si se le envidia, él no envidia a nadie. Hecho bastante raro en los tiempos que vivimos; no tiene la enfermedad del colega. Los éxitos de Zola o de Daudet no le impiden dormir. Les resultan indiferentes. No pertenece a ninguna camarilla, no forma parte de ningún grupo. No conozco ni sus admiraciones ni sus odios. Gana 60.000 francos al año con su pluma y no se ocupa de los demás. Ni siquiera los lee. Si nos dice lo contrario se burla de nosotros. Le gusta más remar. ¡Ah! ¡su barco!, lo prefiere a todo.

»Lo que le interesa, lo que en realidad le resulta placentero, es la naturaleza. Vive con ella. Solo la naturaleza lo emociona y enternece. Su corazón solo se sensibiliza con los campos, los bosques, los ríos y el sol.»

 

 

Publicado en La Semaine Littéraire (Ginebra), el 23 de marzo de 1912

Traducción de José Manuel Ramos González para

http://www.iesxunqueira1.com/maupassant