GUY DE MAUPASSANT

 

¿D

ónde nació, cómo y cuándo?

La respuesta a esta cuestión

es que Guy de Maupassant nació

en un castillo normando.

 

No se sabe con certeza

si fue hijo de adulterio[i]

aunque un biógrafo serio

no admite tal ligereza.

 

En mil ochocientos cincuenta

el viejo romanticismo

daba paso al realismo

sin una transición muy cruenta.

 

Sus padres eran burgueses

que acabaron separados

por motivos derivados

de distintos intereses.

 

Su madre al niño educó

y puso ahí tanto empeño,

que logró cumplir su sueño

y a las letras lo entregó.

 

Fue Guy de Maupassant robusto,

enérgico y deportista,

la antítesis del artista

y tenía muy mal gusto.

 

 

De joven, sin despuntar,

intervenía en disputas,

frecuentaba prostitutas

y le encantaba remar.

 

 

[i] Algunos biógrafos sostienen que fue hijo de Gustave Flaubert.

Con una “rana” del Sena

un mal venéreo contrajo

que su alegría sustrajo

hundiéndolo en una gran pena.

 

La sífilis desembocó

en profundas depresiones,

migrañas, alucinaciones

y a las drogas recurrió.

 

Mientras tanto su talento

y en diez años de labor,

pese a todo su dolor,

produjo cientos de cuentos.

 

Y en novela probó suerte.

Bel Amí, Mont-Oriol,

también Nuestro corazón

Fuerte como la muerte,

 

Una vida y Pedro y Juan.

Todas hermosas novelas

escritas bajo las velas

del cuarto de Maupassant.

 

Por mentor tuvo a Flaubert

que era un maestro exigente

y un conversador vehemente

del que Guy supo aprender.

 

Y no siendo ya un efebo

escribió su opera prima,

la que lo encumbró en la cima,

llamada Bola de sebo.

 

 

En ese cuento de guerra

hace un canto al patriotismo

propio del chovinismo

típico de su tierra.

 

E indemne en su cordura,

cuarenta años después,

su mente sufrió un revés

y lo sumió en la locura.

 

En un hospital se encerró,

como en la cuadra las reses,

y tras dieciocho meses,

la muerte se lo llevó.

 

Y su fama trascendía

más allá de las fronteras

y era raro que no vieras

su obra en las librerías.

 

Y en España, Maupassant

tuvo una admiradora

y al tiempo una gran escritora,

Emilia Pardo Bazán.

 

Ella le llamaba Guido

y en ello se empecinaba

ya que Guy no le gustaba

y le sonaba a jipido.

 

Y hoy sigue en el candelero

pues de cuentos universales

con argumentos reales,

Maupassant es el primero.

 

 

José M. Ramos González
Cádiz, 2011