ABC, 23 de mayo de 1913

 

BOLA DE SEBO Y EL SR. MAURA

[...]

Claro es que el Sr. Maura no es una fuerza que pueda ni deba aniquilarse así como así. Peo si la vuelta al Poder debiese obtenerla claudicando, abdicando, suscribiendo él mismo, tácitamente y vergonzosamente, a las imputaciones del veto; pactando con todas las malas pasiones que lo mantienen, satisfaciendo las codicias abominables que hasta ahora han impedido que gobernara en paz, cerrando los ojos a toda franchela e indisciplina y abriendo las arcas del tesoro a todo reptil; es decir, si dejara de ser lo que es, lo que ha sido, lo que le granjeó precisamente ese prestigio y superioridad que nadie le regatea, ¿qué quedaría entonces de uno y otra y que nuevo escepticismos no inoculara en nuestro pobre país?

¡Por Dios! Que no recuerden tales impaciencias y cabildeos aquella novela desolante y cínica, pero profunda, de Maupassant, que se llama Boule de suif. Allí los pasajeros de la diligencia que huyen de Rouen después de ocupada la ciudad por los alemanes: un marqués, un rentista, un comerciante de vinos con sus esposas respectivas–, después de haber admirado la gallardía con que una moza del partido que viaja con ellos rechaza la pretensión del oficial prusiano que manda el destacamento acantonado en uno de los paradores; después de ponderar la fe patriótica y el caluroso civismo de aquella extraviada, que ha sido de todo el mundo, pero no quiere serlo del invasor, así que la detención del coche se prolonga dos o tres días, y el tozudo militar se niega a que continúe el viaje si la obstinada pasajera no cambia de opinión, entonces aquellas personas decentes y respetables, aquellos admiradores de la víspera, acaban por hallar sobrado pesada la terquedad y se proponen vencerla a toda costa, a fin de llegar lo más pronto posible al término de su jornada. Invocan mil argumentos, argucias y sutilezas, citan ejemplos de la historia antigua y moderna y, urdiendo la más linda tercería del mundo, dejan complacido al joven ulano.

Perdónese lo que hay de irreverencia en este recuerdo por lo que contiene de profunda verdad, y concluyamos diciendo que en el caso del partido conservador y del Sr. Maura hay algo que está todavía por encima del  éxito, por encima de las posibilidades de gobernar: el triunfo de los principios. [...]

 

 

Fragmento del artículo de Miguel S. OLIVER

Publicado en ABC, el 23 de mayo de 1913

Fuente y propiedad: Hemeroteca del ABC

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