RESEÑAS BREVES DE MAUPASSANT EN LA PRENSA DE 1906

 

La revista Esfinge, de Tegucigalpa (Honduras), inserta algunos trabajos, en su mayoría traducciones de Heredia, Annunzio, Maupassant, Teófilo Gauthier, etc.

La Lectura. Revista de Ciencias y Artes. Enero 1906 


[...] No es extraordinario oír a las señoras preguntarse que libros han leído y pueden recomendar que sean realmente «de alto gusto», expresión que significa, tratándose de novelas, cierta dosis de inmoralidad. Una de estas señoras confesaba ingenuamente que, en cuanto tomaba un libro, buscaba los pasajes tildados de equívocos, y que lo demás no la interesaba. ¿Hay nada más lamentable? Dad a semejante lectora una obra maestra de Maupassant, Zola o Loti, y sólo se fijará en dos o tres páginas que, introducidas incidentalmente, tratan de asuntos escabrosos. Y las verdaderas cualidades del libro, el poder dramático, el encanto del estilo, la vigorosa creación de los caracteres, la dejarán indiferente. Pues esa señora es el tipo de una clase de lectores más numerosa cada vez. [...]

Fragmento de “La novela erótica en Inglaterra” por Fernando Araujo, publicado en La España Moderna, febrero de 1906. 


 Manuel Bueno, había demostrado en Viviendo, Almas y Paisajes y A ras de tierra, muy estimables condiciones de cuentista y de narrador. Hay en estos libros algunos cuentos bien sentidos y vistos, y Maupassant guía la pluma del estudioso escritor, quien tras un lapso breve de tiempo se nos presenta como articulista singular, y más tarde como crítico sutil y profundo, mostrándonos ya en su labor, la exquisita calidad de su espíritu bien educado. [...]

El País, 26 de febrero de 1906 


 La compañía dramática italiana de la famosa actriz Tina di Lorenzo viene a Madrid para dar una serie de 20 funciones en el teatro de la Comedia.

El personal artístico de la compañía es el siguiente: (...)

En el repertorio figuran las siguientes obras: (...), Musotte, de Maupassant; (...)

La inauguración de la temporada se verificará el sábado 14 de abril en función extraordinaria y fuera de abono.

El abono queda abierto a diario, por veinte funciones, y a turno par o impar, que comprenden diez cada uno.

Las funciones correspondientes al turno par se celebrarán los lunes, miércoles y sábados, y las del turno impar, los domingos, martes y viernes.

Los jueves no hay función.

Los señores abonados a viernes en la actual temporada de invierno tendrán reservadas sus localidades en su turno respectivo hasta el 25 del corriente, a las cinco de la tarde; si llegado este día no las hubiesen renovado, la Empresa dispondrá libremente de ellas en favor de quien las solicite.

La Contaduría estará abierta de doce a cinco de la tarde y de nueve a once de la noche.

El Heraldo de Madrid, 16 de marzo de 1906. 


 El credo literario, la norma productora de Acebal quedó señalada por él mismo en su primer libro. Decía el autor, apoderándose de unas palabras de Maupassant, que el novelista «deberá componer su obra de una manera en apariencia tan sencilla, que no sea posible indicar en ella el plan», y que «el novelista de ayer escogía las crisis de la vida, los estados agudos del alma y del corazón; el novelista de hoy escribe la historia del corazón y del alma en su estado normal».

Y a fe que Acebal supo cumplir con esta promesa de fidelidad que a su lama hizo espontáneamente. [...]

Fragmento. Nuestro Tiempo, 25 de marzo de 1906. 


«Pedro y Juan» novela de Guy de Maupassant

Esta hermosa novela, una de las mejores, sin duda, del ilustra Maupassant, constituye una actualidad ineludible. Agotada desde hace algún tiempo la primorosa traducción que de este libro, modelo de la novela contemporánea, hizo D. Carlos Frontaura, acaba de ser reimpresa.

El renombre universal que ha adquirido esta novela del genial escritor, nos releva de la crítica.

La nueva edición que acaba de publicarse forma un lujoso volumen en 8º, impreso en claros caracteres, adornado con un retrato del autor y una bonita cubierta en cromotipia. Se vende en todas las librerías a 3,50 pesetas.

La Correspondencia Militar, 5 de abril de 1906. 


Hoy, cuando las multitudes claman como en los trenos de Jeremías: Petierunt panem et non erat qui frangert eis (pidieron pan y no había quién se lo partiera), ha de resultar por fuerza interesante todo estudio que tienda a desentrañar el alma de esas muchedumbres enloquecidas y hambrientas. Ya que no se les puede curar la demencia ni proporcionar el pan, bueno será ofrecerles el espectáculo sangrante de sus entrañas desgarradas por el análisis. ¡Admirable y emoliente paliativo! Pero yo, si he de confesar la verdad, no creo mucho en las muchedumbres, porque si creyese las temería como animales monstruosos y antidiluvianos. El pobre Guy de Maupassant, que estaba alucinado por ellas, hacía una vez esta confesión punzante: «Siento el horror de las multitudes; no puede entrar en un teatro ni asistir a una fiesta pública. Al punto experimento allí un extraño malestar, insoportable, un enervamiento espantoso, como si yo luchase con todas mis fuerzas contra una influencia irresistible y misteriosa. Y lucho, en efecto, contra el alma de la muchedumbre, que intenta penetrar en mí.» [...]

Fragmento de El alma de la muchedumbre de Pascual Rossi. Publicado en Nuestro Tiempo, 25 de mayo de 1906. 


Pedro y Juan, novela por Guy de Maupassant, versión española de Carlos Frontaura.

Renombre universal goza el autor de este libro, el considerado por la crítica como uno de los mejores del genial escritor francés, diputándole como modelo de la novela contemporánea.

La fama del autor y de su obra nos releva de toda suerte de elogios: Pedro y Juan es una novela amarga, de honda, muy honda, y trascendental psicología, y en la cual el gran talento de Maupassant hace que, el difícil y escabrosísimo tema que desarrolla, nos mueva a compasión.

Pedro y Juan forma en la nueva edición española un volumen de cerca de 300 páginas, y se vende en todas las librerías al precio de 3,50 pesetas ejemplar. – Madrid, 1906.

La Ilustración Española y Americana, 22 de junio de 1906 


[...]

Este estigma de obscenidad con nadie reza menos que con Blasco: tanto es así, que hasta se duda de su naturalismo, si no se supiese que hay otro más que el de la ninfomanía. El autor de Cañas y barro parece no haber pasado por ese «periodo de algunos años, durante los cuales naturalismo significaba mancebía y hospital». Sus novelas son castas, sobrias como la Naturaleza: no pudiera decir de ellas Emerson, como dijo de algunos poemas, que son una versión corrompida del texto de aquella. Así, aun cuando ponga en escena, como ocurre en Flor de Mayo, lo que Guy de Maupassant llamaba «el eterno drama que se repite sin cesar todos los días, bajo todas las formas, en todos los mundos», el adulterio, lo hace con una castidad que asombra... [...]

Fragmento del artículo Vicente Blasco Ibañez de Andrés González Blanco. Publicado en Revista Contemporánea, 15 de julio de 1906. 


 Todo obrero literario sabe cuan difícil es separar los pequeños detalles de la idea principal, o sea dejar la idea al desnudo descartando los meros detalles. Si el segundo hubiera conocido la obra del primer escritor, habría sufrido su influencia. De donde la semejanza de asunto puede evidenciar la originalidad. Y cita mi autor, para comprobar su verdad paradójica, el caso del cuento What was it? de Fritzjames O’Brien, donde figura un ser palpable pero invisible. Mister Charles de Kay publicó en el Atlantic Mouthly, y otro autor anónimo en el Cornbill Magazine, sendas historietas con el mismo tema. La historia de Mr. de Kay es completamente diferente en su elaboración, y los dos cuentos, aunque en ambos la figura central es un ser palpable pero invisible, son desemejantes cuanto es posible. No hay plagio. La figura central de O’Brien aparece luego en Le Horla, de Guy de Maupassant; pero el desarrollo en éste es tan personal, que tampoco hay lugar a creer en plagios. [...]

Fragmento del artículo Menandro, Calderón, Shakespeare y Cª, de Diego Mendoza. Publicado en Nuestro Tiempo el 25 de agosto de 1906.


[...]

La pena de muerte no está abolida en Francia, y mañana mismo puede ser condenado a muerte un criminal francés. Ya esta vez, M. Deibler [El verdugo de París] tendría que desperdiciar la ocasión. No aparece consignación en el presupuesto. Su cargo subsiste, pero más bien como un honorífico retiro. De hecho, Francia está como el minúsculo principado de Mónaco, tal como lo hemos visto en las páginas de Sur l’Eau, en un delicioso relato de Maupassant. El condenado existe; el verdugo, no. Buscar al ejecutador fuera de casa es caro y poco decoroso. Es necesario conmutar la pena... En el cuento de Maupassant, como el principado no sólo carece de verdugo, sino también de cárceles, el condenado a muerte acaba por ser un pensionado que alguna vez se atreve a arriesgar un luís en la ruleta oficial, y al fin, de conmutación en conmutación, llega a alcanzar un destierro retribuido. No será tanta la suerte de los criminales franceses

.[...]

Fragmento del artículo El retiro de M. Deibler por Luis Bello. Publicado en el Imparcial el 4 de agosto de 1906. 


El teatro en el extranjero.

Bruselas.– El teatro de la Scala inauguró en los últimos días del pasado mes su temporada de invierno con la opereta Coco Barmaaid, de L. Flers. Los artistas Mlles. Clara Faurens, Lili Charon, Dartés y Rose d’Avril, conquistaron un gran éxito.

–La eminente actriz Mad. Réjane, que veranea en Hemequeviete, cuanta ya con varias obras nuevas para la próxima temporada, que para su estudio le han sido enviadas por sus respectivos autores. Entre ellas figura la comedia en cuatro actos de Vaudereu y Lenotre La timbale, Le vieille homme de Porte Riche, y otra comedia de Cappus.

–Monsieur André de Lorde ha obtenido la oportuna autorización para trasladar a la escena la interesante novela de Maupassant La Petite Roqués (sic).

El Arte de El Teatro. Madrid 1 de septiembre de 1906. 


Pedro y Juan.- Novela de Guy de Maupassant.

Esta hermosa novela, una de las mejores, sin duda, del ilustre Maupassant, constituye una actualidad ineludible. Agotada desde hace algún tiempo, esta primorosa traducción que de este libro, «modelo de la novela contemporánea», hizo D. Carlos Frontaura, acaba de ser reimpresa.

El renombre universal que ha adquirido esta novela del geniral escritor, nos releva de la crítica.

La nueva edición, que acaba de publicarse, forma un lujoso volumen en 8º, impreso en claros caracteres, adornado con un retrato del autor y una bonita cubierta en cromotipia. Se vende en todas las librerías a 3'50 pesetas.

Reseña publicada en La Correspondencia Gallega, 1 de noviembre de 1906. 


Hace años se indignaba [Cunninghame Graham] furiosamente cada vez que un autor francés decía de España las tonterías consabidas. Y se indignaba, sobre todo, porque los escritores que habían visto naranjos en San Sebastian, palmeras en Madrid, toros bravos en las calles de las villas asturianas y navajas en las ligas de nuestras mujeres, no eran desconocidos, sino los más ilustres de las letras francesas, salvo contadas excepciones, como la de Maupassant y algún otro, que no escribieron sino de lo que habían visto o concebido, pero sin falsear sistemáticamente la verdad. [...]

Fragmento del artículo “La Vierge d’Avila” y Cunninghame Graham, por Ramiro de Maeztu, publicado en La Correspondencia de España, 2 de diciembre de 1906. 


 

 

Fuente y propiedad: Hemeroteca Nacional (BNE)

Digitalizado en el presente formato por J.M. Ramos para

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