RESEÑAS BREVES SOBRE MAUPASSANT EN LA PRENSA DE 1909

 

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Era Alejandro Sawa un hombre verdaderamente notable y singular. Tenía una noble apostura, a la cual gustaba él de dar cierto continente augusto y majestuoso. Un magno y hermoso perro, a quien llamaba «Bel-ami», como recuerdo a un héroe de Guy de Maupassant; seguíale siempre como acompañan los lebreles a los señores en los retratos de Tiziano. Y Sawa paseaba por la corte su fastuosidad personal con todo el aire de un emperador.

Su barba hirsuta y su enmarañada melena placianle porque le recordaban la cabeza de Daudet. Otras veces se peinaba y usaba bigote sólo, porque él decía que así se parecía a Edgar Poe, y no faltó época en que anduvo completamente afeitado, a título de evocación de Baudelaire.

Fue un maravilloso cronista y un artista excepcional [...]

Fragmento de una necrológica sobre Alejandro Sawa.

El Liberal, 2 de marzo de 1909 


 El famoso novelista Guy de Maupassant fue un malísimo empleado público. Así lo ha proclamado recientemente un jefe suyo, cuando estaba en el ministerio de Marina.

«Era – dijo – el más detestable empleado que tuve a mis órdenes. Jamás conoció la exactitud. Se pasaba el tiempo escribiendo historias de mujer. Cuando entraba yo en su despacho jamás le encontré, si era temprano.

Ya harto le dije: Sr. Maupassant, sé que tiene usted cierta notoriedad adquirida por escritos licenciosos. No los he leído, ni los leeré jamás. Como ha visto usted su nombre citado en los periódicos, ya se ha creído por eso que tenía talento. Lo que es durante mi mando jamás ascenderá.»

Y el jefe se quedó tranquilo.

La Correspondencia de España, 23 de marzo de 1909. 


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De antiguo es sabida la maestría de la Condesa de Pardo Bazán en este género menor de literatura narrativa [el cuento], en el cual se adorna su fama con tan excelente producciones como las mejores de sus novelas. Caso bien de notarse, porque, en general, los grandes cuentistas, Un Maupassant o un Gorki, no suelen tener mucha fortuna en la composición de obras más extensas. Presenta, el cuento, un género especial de dificultades, más semejantes quizás a las del teatro que a las de la novela. Como aquél, reclama acción ante todo (...); exige luego, también, rapidez en la caracterización de personajes, unidad de asunto, que ha de ser llevado rectilíneamente, libre de toda florescencia de episodios; no caben en él, ni las minuciosas descripciones, ni los sutiles análisis de las almas; el cuentista, como quien caza al vuelo, ha de apoderarse del interés del lector con unas cuantas líneas, para abandonarlo, calmado y en paz, a vuelta de media docena de párrafos.

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Fragmento de la reseña de la antología Sud-Expres (cuentos actuales), por la Condesa de Pardo Bazán. Tomo 36 de las Obras Completas de la autora. Madrid

La Lectura. Revista de Ciencias y de Artes, mayo 1909

 


 

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