RESEÑAS BREVES SOBRE MAUPASSANT EN LA PRENSA DE 1915

 

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«Yo no creo [Nietszche] más que en la civilización francesa – decía, enérgicamente, en otro pasaje – y todo lo demás que se llama en Europa cultura me parece un «malentedu» para no decir nada de la civilización alemana.» Los raros casos de alta cultura que yo he encontrado en Alemania eran todos de origen francés; así y sobre todo era el caso de Cósima Wagner, la voz más autorizada en materias de gusto que yo he oído jamás... No veo en qué siglo de la  istoria se podría reunir, con una buena redada, psicólogos tan curiosos y al mismo tiempo tan delicados como en el Paris actual: nombro al azar –porque su número es considerable – a MM. Paul Bourget, Pierre Loti, Gyp, Meilhac, Anatole France, Jules Lemaitre, y para distinguir otro, de los de la fuerte raza, un verdadero latino que yo amo muy particularmente, Guy de Maupassant. Prefiero –dicho sea entre nosotros – esta generación a sus maestros que han sido corrompidos por la filosofía alemana. Donde quiera que entra Alemania, corrompe la cultura. Sólo después de la guerra, el espíritu ha sido liberado en Francia.» (Ecce Homo, tomo 3, p. 52 y 53; Edición del Mercure de France, Paris, 1909)

[...]

Fragmento del artículo La cultura germánica según Nietzsche, por Andrés González Blanco.

La Esfera, 16 de enero de 1915 


Traducciones y arreglos.- Versos de Maupassant, traducción en verso. (Del libro Los domingos de un burgués en Paris, editado por el Sr. Ruiz Contreras)...

La Correspondencia de España, 16 de enero de 1915 


Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes.

Real orden resolviendo el expediente instruido en virtud del recurso interpuesto por la Academia de Bellas Artes de Palma de Mallorca contra el acuerdo de la Diputación provincial de Baleares, que dejó sin efecto el nombramiento de profesor de Dibujo de la clase diurna de alumnas que aquella había hecho a favor de D. Juan Umbert y Peris.

Otra resolviendo el expediente instruido a instancia de D. Enrique Bailly Abilliere, relativo a la propiedad sobre la traducción castellana hecha con el titutlo «Pedro y Juan» por D. Carlos Frontaura de la novela francesa «Pierre et Jean», escrita por Guy de Maupassant.

Siglo Futuro, 3 de junio de 1915 


Dia 3.

Real orden (28 de mayo) resolviendo el expediente instruido a instancia de D. Enrique Bailly Baillière relativo a la propiedad sobre la traducción castellana hecha con el título Pedro y Juan por Don Carlos Frontaura de la novela francesa Pierre et Jean, escrita por Guy de Maupassant

Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes, 9 de junio de 1915 


Apolo– (...) El viernes, a las diez de la noche, en segunda sección, sencilla, se verificará el estreno del episodio militar, inspirado en cuento de Guy de Maupassant, en un acto, dividido en cuatro cuadros, libro de Antonio Paso y Joaquín Abati, música del maestro Amadeo Vives, titulado La cena de los húsares. La acción en una capital del Norte de Francia, año 1870.

Para esta obra ha pintado cuatro decoraciones el escenográfo D. Luis Muriel.

La Correspondencia de España, 21 de octubre de 1915

El Imparcial, 21 de octubre de 1915 


Apolo. – Mañana viernes, a las diez de la noche, en sección sencilla, se verificará el estreno de «La cena de los húsares», episodio militar inspirado en un cuento de Guy de Maupassant, en un acto, dividido en cuatro cuadros, libro de Antonio Paso y Joaquín Abati, música del maestro Amadeo Vives.

Para esta obra ha pintado cuatro decoraciones el escenógrafo D. Luis Muriel, y confeccionado vestuario la casa Villa.

La Época, 21 de octubre de 1915 


APOLO

Esta noche, a las diez, en sección sencilla, se verificará el estreno de «La cena de los húsares», episodio militar inspirado en un cuento de Guy de Maupassant, en un acto, dividido en cuatro cuadros, libro de Antonio Paso y Joaquín Abati, música del maestro Amadeo Vives.

Para esta obra ha pintado cuatro decoraciones el escenógrafo D. Luis Muriel, y confeccionado vestuario la casa Villa.

El País, 22 de octubre de 1915 


APOLO: «La cena de los húsares».

Habilísimos, según cien veces se ha probado, los autores; magnífico, el compositor; hermoso, el asunto elegido; y a pesar de tantas circunstancias favorables como se habían acumulado, la jornada no fue victoriosa.

Un precioso cuento de Guy de Maupassant, que ofrece escenas graciosas unas y otras de gran ternura, al ser teatralizado por Paso y Abati no llegó al público anoche con la intensidad alcanzada por el cuentista.

Alguna situación, como la del maniquí, pesa con exceso, y, en general, por languidez, quedó el público del estreno dispuesto a sanciones de severidad y no escasearon las protestas, principalmente al terminar la representación.

El maestro Vives, autor de la partitura, en un concertante y la canción de la viejecita puso de relieve su gran talento de compositor, así como en toda la obra  da cual siempre muestra de su inspiración de melodista y de profundo saber en el empleo de los elementos orquestales.

En la ejecución se distinguieron todos los artistas del reparto, y muy notablemente Consuelo Mayendia, que estuvo primorosa en el desempeño de su papel y en la canción de la viejecita.

Que no triunfaran los autores en el estreno de anoche no ha de producirles desaliento ni demuestra que incurriesen en pecado de mal gusto al elegir el asunto.

El Heraldo de Madrid, 23 de octubre de 1915. 


Apolo.– Los Sres. Paso y Abati, autores a los que generalmente acompaña el éxito en sus producciones cómicas, quisieron ofrecer anoche al público de Apolo un episodio dramático de la guerra de 1870 (lo mismo pudo ser de las del primer Imperio), inspirado en una sentida narración de Guy de Maupassant.

No es, sin duda, la escena de Apolo a propósito para estas obras sentimentales, y por ello el público no entró en la obra, según se dice en el argot teatral, y La cena de los húsares fue rechazada, sin que salvara a los autores, del fracaso, la partitura del maestro Vives, que como original del inspirado compositor, tiene páginas bellísimas, de las cuales se repitieron dos números, uno de ellos admirablemente cantado por la señora Mayendía, y coreado por las partes principales de la compañía.

A esta cantante corresponde el suceso de la noche, y a Ortas, que sacó todo el partido posible del embolado que le había tocado en suerte.

Moncayo muy bien, y nada habría que censurarle si, como los demás actores, no hubiera estado inseguro en su papel.

El decorado de la obra es excelente.

La Época, 23 de octubre de 1915. 


APOLO.– «La cena de los húsares».

Es una cena que resulta pesada, aun llevando  a prevención el tarro del bicarbonato, Guy de Maupassant, puso más colorido en su cuento, le dio más vida y la adornó con los primores de su prosa pintoresca; Paso y Abati han desteñido la traducción y han hecho intérpretes de ella a muñecos sin alma, y, lo que es más censurable en ellos, sin gracia. Con decir que Ortas, de asistente montado, no nos hizo reír, está dicho todo.

La obra resultó anodina e inocente, y el supremo juez falló en contra.

El gran maestro de D. Amadeo I sólo acertó en una delicada romanza coreada que hubo de repetir la señora Mayendía, feliz intérprete de ella.

Bien el decorado del segundo cuadro. Los actores cumplieron; el público se excedió.

La «cena» no fue del agrado de los comensales. A otro menú más exquisito, y ¡buen provecho!

La Correspondencia Militar, 23 de octubre de 1915. 


Apolo.- La cena de los húsares

Un lindo cuento de Maupassant, puesto en escena por Paso y Abati, es «La cena de los húsares». Estrenado anoche con éxito desgraciado en el teatro de Apolo.

El cuento del gran novelista francés es sencillamente una preciosidad. Claro que su mayor mérito estaba en la manera de estar contado. «La cena de los húsares» no se sabe si por inhabilidad de los autores o porque el asunto no se presta a ser teatralizado, no puede agradar a nadie. Y, en efecto, no agradó. El maestro Vives ha hecho una bellísima partitura, digna de su reputación, y especialmente dos números, que fueron repetidos contra el deseo de los eternos descontentos, pueden figurar junto a las más hermosas páginas musicales del insigne autor de «Maruxa».

Por estar colocados dichos números fuera de situación no alcanzaron el inmenso éxito que merecían.

De los intérpretes, todos lucharon valerosamente para salvar la obra; pero la señora Mayendía, gran artista y excelente cantante, se destacó del grupo general, obteniendo un triunfo tan grande como merecido.

El público, al terminar «La cena de los húsares», significó con ruidosas protestas su disgusto y desagrado.

El Liberal, 23 de octubre de 1915 


[...]

Hay que reconocer que sobre los literatos de los dos últimos siglos ha pasado un vértigo epidémico, y que la infatuación es la nota dominante de nuestra edad intelectual. Y no hemos hablado de las mujeres, ni de Dumas hijo, para quien era una verdadera necesidad vital el recibir incienso; ni de Edmundo de Goncourt, que sudaba la vanidad por todos su poros; ni de Guy de Maupassant, que nada hubiera perdido con no repetir tantas veces que era el primer escritor de su siglo, ni de Pierre Loti, que en plena sesión académica se alababa de no haber leído nada ni aprendido nada, debiéndoselo todo a sí mismo (...)

Fragmento del artículo La modestia de los literatos

Alrededor del mundo, 1 de noviembre de 1915. 


 APOLO.– «La estrella de Olympia»

Carlos Arniches, en colaboración con el difunto escritor francés Guy de Maupassant y el maestro Calleja, ha hecho una comedia, que con el título de «La estrella de Olympia», se estrenó anoche en la Catedral del género chico.

¿Fracasó o triunfó la nueva producción de los señores citados?

Hay opiniones algo contrarias. Según unos, «La estrella de Olympia» fue un completo triunfo, y completo fracaso, según otros.

Por nuestra parte, no tenemos inconveniente en afirmar que «Bola de sebo», es decir «La estrella de Olympia», fue un éxito de risa que tiene que agregar Carlos Arniches a los muchísimos éxitos de esta clase obtenidos en su larga y productiva vida de autor cómico.

Claro que hubo quienes patearon unas «miajas» e intentaron armar su poquito de bronca; unos cuantos descontentadizos, seres biliosos que no saben estar alegres ni aun es estos alegres días del turrón, el mazapán y los besugos (sin alusiones, ¿eh?). Lo sentimos por ellos, por el mal rato que pasan los pobres tomando tan en serio lo que apenas tiene importancia.

La música de Rafael Calleja, inspirada y regocijada, se oye con gusto. El público incondicional hizo repetir, aplaudiéndolo mucho, uno de los números.

Casimiro Ortas, el niño mimado de la casa, está colosal en un tipo de abate que resulta hecho muy a su medida.

Se le aplaudió muchísimo, así como a los demás intérpretes de la obra que, en realidad, lo merecen

Todos, autores y actores, excepto D. Guy de Maupassant que, como hemos dicho, es cadáver desde hace muchos años, salieron al final de la obra a recibir las ovaciones del respetable.

Enhorabuena a todos y felices Pascuas.

El Bachiller FRANQUEZAS

El Globo, 24 de diciembre de 1915 


     APOLO. “LA ESTRELLA DE OLYMPIA”

     Así llama Arniches a una zarzuela en tres cuadros, inspirada, según dice el cartel, en un cuento extranjero. Este cuento, por lo que nosotros anoche pudimos ver, es Bola de sebo, de Maupassant. Arniches es un autor muy hábil, probado lo tiene en su extenso repertorio, y esta habilidad, la confianza en sí mismo, le lleva a veces, como ahora, a empresas arriesgadas, a intentos peligrosos, a abordar con un alarde de técnica los asuntos más delicados.

     Indudablemente, Arniches, como persona culta y de buen gusto, quedó encantado leyendo Bola de sebo, ese cuento admirable, acaso del mejor de la maravillosa colección de Maupassant, y, sugestionado con la lectura, pensó llevarlo al teatro.

     La estrella de Olympia es el fruto de aquella inspiración, y aunque Arniches puso en la obra cuanto de teatro sabe, y es mucho, el cuento queda reducido a unas escenas hábiles, en las que se pierden todas las emociones, todas las bellezas de la obra que lo inspiró.

     Arniches ha visto la obra por el lado cómico, y sorteando delicadezas, retorciendo frases y desquiciando situaciones, hizo reír con los dichos de unos personajes que hablaron la obra como si fuera un sainete. Es, en definitiva, un cuento de Maupassant comentado por un tipo de López Silva.

     La música de La estrella de Olympia es de Rafael Calleja; se repitió un número del tercer cuadro, que es un inspirado pasodoble, cómicamente accionado, con marcado sabor de número de opereta.

     Interpretaron la obra con gran acierto Emilia Iglesias, Rafaela Leonis, Carmen Sobejano, la Moreu, Casimiro Ortas, Fischer, Gorgé, Rufart y Garcia Valero.

     Al final salieron a escena los autores.

     La obra, muy cuidada y bien presentada: se estrenaron tres decoraciones de Muriel.

     ABC, 24 de diciembre de 1912, pag. 16


APOLO

«La estrella de Olympia» zarzuela inspirada en un cuento extranjero, original de D. Carlos Arniches, música de D. Rafael Calleja.

Un éxito de risa, obtuvo ayer el notable autor D. Carnos Arniches, con su nueva zarzuela «La estrella de Olimpia», inspirada, como lealmente advierte su autor, de un cuento de Maupassant.

«Bola de sebo», cuyo es el cuento a que Arniches se refiere, ha servido a éste para hacer una zarzuela regocijadísima, con un tipo de abate formidable a cargo de Ortas. Así es que con la gracia de Arniches y la de Ortas, el público no cesó de reír durante los tres cuadros de que consta la zarzuela.

Además la música de Calleja es agradable e inspirada, y fue repetido un número en medio de una gran ovación.

Para la obra han pintado tres preciosas decoraciones que fueron aplaudidas, y los trajes con arreglo a la época.

En suma, un gran éxito ue llevará a Apolo muchísima gente.

Al final de la representación salieron a escena los autores y los intérpretes de la obra multitud de veces.

X.

El País, 24 de diciembre de 1915 


Maupassant tiene desgracia en cuanto se acuerdan de él los autores de la Catedral.

No hace muchos días, se estrenó un arreglo de un cuento suyo (1), y el jueves apareció Arniches, destrozando, su obra maestra Bola de sebo.

¡No hay derecho! Don Carlos, (así, con todos los respetos) es hombre que ha triunfado en el teatro, con fuerzas propias, y por lo tanto «no debe» acudir a traducciones ni arreglos.

Y si acude, ¡por Dios!, que respete el original, pues lo hecho en «Estrella de Olimpia», es un verdadero crimen literario.

Corramos un telón de benevolencia sobre autor y actores, y a esperar el próximo éxito de Arniches.

The Kon Leche, 27 de diciembre de 1915.

 

(1) Se refiere a “La cena de los húsares”, zarzuela basada en el relato de Maupassant Les trois rois de 1887. (Nota de J.M. Ramos) 


 

Fuente y origen: Hemeroteca Nacional (BNE)

Digitalizado en el presente formato por J.M. Ramos para

http://www.iesxunqueira1.com/maupassant