RESEÑAS BREVES SOBRE MAUPASSANT EN LA PRENSA DE 1932

 

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De una encuesta efectuada por uno de los periódicos japoneses más importantes se sabe que los autores que más se leen en ese país n son los clásicos japoneses o chinos, sino Dostoievski, Rousseau, Turginiew, Maupassant, Zola, Rolland, Ibsen, Strindberg, Heine; Shaw, Goethe, Flaubert.

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Fragmento del artículo Actualidad literaria en el extranjero por Máximo José Khan

La Luz, 23 de febrero de 1932. 


 PANTALLA FRANCESA

Ce cochon de Morin, de la novela de Guy de Maupassant, es la cinta que rueda actualmente Georges Lacombe. Jacques Baumer, Raymond Cordy, José Roquero, Paul Olivier, Castel, Jane Pierson, Rosine Derean y Marthe Mello son las principales figuras del reparto.

Blanco y Negro, 10 de julio de 1932. 


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En cuanto a las películas, mucho se ha discutido si deben ser sometidas a una escrupulosa censura para salvaguardar la moral. En efecto: como es bien sabido, los estudios producen a veces films con escenas demasiados escabrosas, por demás impropias de las jovencitas y de los niños, como también hazañas de bandidos que pueden pervertir la mentalidad infantil, tan sensible a esta clase de impresiones.

Considerando este peligro, algunos países han establecido la censura previa para las películas y prohíben la proyección de aquellas que puedan constituir una ofensa para la moral o inducir a error a los niños. Esta censura, llevada con inteligencia y tacto, está muy bien, y su aplicación debe ser motivo de aplauso. Por desgracia, los censores en todas partes son falibles, y en multitud de casos, ejemplos vivos y elocuentísimos de esa condición humana.

A propósito de esto, debemos referirnos al curioso pleito que se ha ventilado en Valenciennes, donde el abogado de un grupo de familias numerosas ha puesto en litigio la moralidad de un film proyectado en una sala de esa ciudad. Y se ha dado el caso curioso de que el Tribunal, para examinar “el cuerpo del delito” y juzgar con conocimiento de causa, se ha trasladado en masa al “cine”, presenciando la proyección. Terminada ésta, ha sentenciado desfavorablemente contra la obra, que es en este caso “El rosal de la señora Husson” según el cuento de Maupassant.

Fragmento del artículo La mujer en el cinematógrafo, por Miss Any.

El Sol, Domingo 24 de julio de 1932. 


 Después de tantas y tan numerosas experimentaciones como se vienen realizando en el insondable misterio de la metapsíquica, no es posible negar que, además del conocimiento de racio, de facto y de fides, hay otra clase de conocimientos cuyas fuentes informativas ignoramos, conocimientos subconsciente y trascendente que algunas veces se nos da por intuición y cuyo paso al plano de la conciencia es un enigma imposible de descifrar, a lo menos por ahora y quizá en muchos lustros.

A estos fenómenos de conocimientos subconsciente y trascendente se les da el nombre de metagnomia, de meta, más allá, y gnomos, conocimiento; también se les llama metapsíquicos.

Son múltiples los fenómenos de metagnomia o superconocimiento que a diario se observan y estudian, y que por muchas gentes se confunden y llaman fenómenos espiritistas. De éstos hay que diferenciarlos.

No es raro encontrar individuos que en vela o en sueño gocen de algunas de estas facultades metagnómicas de superconocimiento, descubiertas por los sujetos que las poseen casualmente, y que luego explotan sin preocuparse de los perjuicios que con sus errores pueden originar a las gentes que toman sus pronósticos como infalibles, sin tener en cuenta que sus equivocaciones, aunque involuntarias, son frecuentes, debidas a una seria de concausas ignoradas casi siempre del sujeto metagnomo (vidente) y del consultante.

La cenestesia, sentido vital de orden interno que lleva al cerebro las impresiones interorgánicas y quedan en el subconsciente, da lugar a los fenómenos de autoscopia interna y externa, a la presciencia o preconocimiento de sí mismo, vulgarmente presentimientos.

Tertuliano afirmaba en el Senado romano la adivinación por la mesa.

Según Plutarco, un fantasma anuncio a Bruto su derrota y muerte en Filippos. La autoscopia interna consiste en verse a sí mismo el cuerpo por dentro. La autoscopia externa consiste en verse desde fuera o proyectarlo psíquicamente fuera, frente a así o tras de sí.

Sabido es que Guy de Maupassant padecía de estas alucinaciones. Veía frente a sí su fantasma, su persona proyectada, sobre todo cuando escribía, y toda su energía psíquica concentrada en ciertas regiones cerebrales se desbordaba.

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Fragmento del artículo Metagnomia. Espiritismo. Adivinación por Luís Durán.

La Libertad, 18 de agosto de 1932 


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MAUPASSANT

El buen mozo ( 2 tomos)

La señorita Perla

La criada de la granja

Berta

Bajo el sol de África

Es testamento

La loca

El abandonado

Miss Harriet

Inútil belleza

El suicidio del cura.

(...)

El Heraldo de Madrid, 1 de diciembre de 1932. 


  

Fuente y propiedad: Hemeroteca Nacional (BNE)

Digitalizado en el presente formato por J. M. Ramos para

http://www.iesxunqueira1.com/maupassant