La Correspondencia de España, 20 de marzo de 1909

EL IDILIO DE LOS VIEJOS

 Durante el verano pasado encontré un día en el tranvía a Cavestany. Yo admiro y quiero muy sinceramente a este poeta que, de no haber llegado a conquistar la fama como escritor, la hubiera conquistado como simpático y como caballero.
       –¿Cuando estrena usted – pregunté al ilustre autor de Sor Angela.
       –Nunca– me dijo con solemnidad.
       –¿De veras?
       –De veras.
       Y yo, a pesar de mi gravedad habitual, no pude menos de sonreír.
      ¿Quién es el autor de comedias que, teniendo abiertos los teatros para recibirlas, deja de escribirlas voluntariamente? Pocos habrá. El caso de Congreve, en Inglaterra, y el de Tamayo, en España, son rarísimos.
Yo no dudaba que, felizmente para las letras, mi distinguido amigo volvería a estrenar. Y así ha sucedido, obteniendo un gran éxito, por el cual le felicito afectuosamente.
      El idilio de los viejos
, comedia en dos actos – me han dicho que es una refundición de otra en tres, titulada El surco, y estrenada en Méjico hace año – es una obra sin pretensiones, escrita con soltura, planeada diestramente y que se recomiendo por su sana moral.
      El título ya indica lo que es la comedia. Se trata de un anciano enamorado de una anciana. Fue soldado, despidióse de su novia, la halló casada con otro cuando volvió; y, durante sesenta y un años, no cesó de amarla, soltera, casada, madre y viuda.
Los viejos han sido protagonistas de varias producciones teatrales, las más recientes, Els vells, de Iglesias, y Pedro Minio. de Galdós.
      A los amores de los ancianos dedicó Maupassant uno de sus mejores poemas. En el tema no había, pues novedad. Pero la novedad introducida por el Sr. Cavestany está en un conflicto muy interesante. Cuando los dos octogenarios (muy bien interpretados por la Sra. Tubay y el Sr. La Riva) están a punto de contraer matrimonio, llega de Madrid el hijo de la anciana a impedir la boda. Esta escena, en que luchan en el corazón de la pobre vieja sus sentimientos de madre y sus recuerdos de mujer, fue muy celebrada y la que más gustó. El poeta la ha escrito con mucha habilidad.
Ella aseguró el buen éxito de esta comedia, estimable por su sencillez y verdaderamente excepcional por su acrisolada moralidad.
     El poeta fue llamado muchas veces al escenario con aplausos insistentes.
     La obra es bonita y se hará muchas noches.

Carmanchet.

 

Publicada en La Correspondencia de España, el 20 de febrero de 1909
Fuente y propiedad: Hemeroteca Nacional (BNE)
Digitalizado en el presente formato por J.M. Ramos para

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