Diario de Córdoba, 28 de junio de 1910

 

LA “AUTOSCOPIA”

 

¿Cosas de poeta? – Autoscopia “especular”. – La “conestesia”

 

«Autoscopia» es la facultad de verse uno mismo como en un espejo, pero sin espejo.

Tan extraño fenómenos hace ver al individuo otro igual a él, una imagen semejante a su propia imagen en todo, en los rasgos fisonómicos, en la estatura, en los gestos, etc. Esta facultad no la tiene todo el mundo, ni yo la deseo a mis lectores, porque para poseerla es preciso cierto desequilibrio cerebral.

¿Alfredo Musset se vio realmente en forma de fantasma negro que le seguía a todas partes, como él dijo en una de sus más hermosas composiciones, o todo ello no era otra cosa que literatura, imágenes y metáforas nacidas durante un doloroso seño?

Veamos lo que dice a propósito de esto el doctor Sollier, que ha publicado un estudio acerca del fenómeno psíquico que denominamos autoscopia.

Cree el Dr. Sollier que la descripción de Musset es tan clara y tan precisa y concuerda tan bien con los otros ejemplos de autoscopia conocidos, que no es dudoso que el poeta de las noches haya poseído la facultad de exteriorizar su sombra y verse en doble.

Guy de Maupassant también se vio «en doble». Por lo menos así lo ha contado uno de sus amigos al Dr. Sollier.

He aquí en qué circunstancia el célebre novelista, que ya tenía síntomas de desequilibrio cerebral que le condujo al sepulcro, se apreció a sí mismo:

Estando en su gabinete de trabajo, en el cual había prohibido terminantemente a todos la entrada, cuando escribía sintió que se abría su puerta y vio entrar a su misma persona, sentarse delante de él, apoyar en la mano la cabeza y ponerse a dictarle lo que escribía.

Cuando hubo acabado y se levantó, la visión desapareció.

Un año después el autor del Horla murió de parálisis general.

El Dr. Sollier ha observado una docena de casos de este género, que ha comunicado a la Sociedad de Psicología y que representan, sobre poco más o menos, todos los grados y todas las variedades del fenómeno.

Nosotros vamos a citar solamente dos ejemplos de autoscopia especular. El primero es el de una joven de 22 años, muy histérica. Esta, una noche que estaba sentada sin hacer nada cerca de una mesa donde había una lámpara, de repente se vio ella misma como si tuviese un espejo delante.

Tenía todo su aspecto y los mismos vestidos, y lo que más la asustó fue ver que sus ojos la miraban de una manera especial. Ella se vio vivir y respirar al unísono con su imagen. El terror que le produjo la visión le impedía gritar o hablar, y realmente no sabía lo que le pasaba.

El fenómeno duró cerca de una hora; después todo se convirtió en negro, y la joven se encontró en su butaca, agachada y temblorosa.

El otro caso se refiere también a una joven de 23 años, sujeta a perturbaciones mentales, pero en el momento en que ocurrió el fenómeno se hallaba en completa convalecencia. Se paseaba tranquilamente en París, cuando de repente su propia imagen se alzó delante de ella, a unos dos metros, y vestida como ella misma. La visión duró algunos instantes. Poco tiempo después se despertó a media noche y percibió cerca de su cama la silueta de una mujer, pero esta vez no se reconoció y creyó que era la figura de su enfermera. Se levantó para asegurase de la presencia de la imagen, pero esta desapareció enseguida.

Los montañeses de Escocia creen en la doble vista, a consecuencia de algunos casos de autoscopia registrados entre ellos. El fenómeno lo consideran como presagio de muerte, y el caso de Maupassant es favorable a la creencia escocesa.

La imagen de la autoscopia no se manifiesta siempre con la misma intensidad. El fenómeno varía desde la simple impresión de que se va uno a encontrar en presencia de sí mismo, hasta la visión clara de su propia persona.

La hora de la «aparición» es casi siempre a la caída de la tarde o durante la noche, en una pieza débilmente iluminada.

Otras veces es en el momento de despertar, es decir cuando las impresiones exteriores no se perciben aún claramente.

Habitualmente el personaje autoscópico es mudo. Sin embargo, a veces puede haber un diálogos entre los dos «yos», y en este caso el doble se muestra en general animado de un fuerte espíritu de contradicción.

Pero ¿cuál es la explicación del fenómeno? La más simple es que se trata de una alucinación de la vista. Pero esto no es la opinión del Dr. Sollier, que da una explicación mucho más sutil.

Según él, la autoscopia es un fenómeno de orden canestésico.

Algunos de nuestros lectores preguntarán que es la «canestesia», y contestando a su pregunta decimos que es el sentimiento, bastante confuso, que el ser humano tiene de su persona interna, y del cual han querido hacer algunos un sexto sentido.

Dicho sentimiento es muy vago en la mayor parte de las personas y en algunas llega a exaltarse, es decir a «hipercanestesiarse» y hasta objetivar sus sensaciones, que es la sensación objetiva de sí mismo revestida de atributos exteriores que el sujeto ve, no con los ojos de la carne, sino con los ojos del espíritu.

Esto no parecerá muy claro; pero téngase en cuenta que estamos en el dominio de los fantasmas, y estos, hasta los autoscópicos, son enemigos de la luz.

 

Dr. OX.

 

Publicado en el Diario de Córdoba, el 28 de junio de 1910

Digitalizado en el presente formato por José M. Ramos González, para:

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