El País, 2 de marzo de 1908
UN LIBRO SINGULAR
Se llama Tinieblas en las cumbres; su autor un desconocido, un seudónimo
que suena por primera vez, Platino Cuevas[1]
. El subtítulo es sugestivo: Historias de libertinaje.
No estoy conforme con el criterio del autor
ignoto, en cuanto a que sea lícito escribir historias en novelas de libertinaje.
Pero ya que se escriben que sea bien, y ésta preciso es reconocer que bien
escrita está. El autor ha hecho perfectamente en no dar su nombre; esas
calaveradas luego pesan; es el editor el que ha hecho mal publicando ese libro
bien editado, es sí, pero... El libertinaje no necesita libros; dárselos
equivale a reconocerle una legalidad y cuenta que no lo digo por gazmoñería ¿eh?
Como quiera, Platino Cuevas, que imita a
Maupassant en su Casa del Placer[2],
escribe bien, sus descripciones son artísticas, literarias, claro que bastante
crudas, exactas hasta donde el arte lo consiente y para lo que gustan de ese
género de libros, divertidas. Tan desenfadadas son que figura en ellas como
nominativo agente un cura disoluto que es una delicia como está pintado por el
autor. Del estilo no hablemos; se le puede llamar de buena cepa, y con eso está
dicho todo. Alguien verá en él ciertas semejanzas con el de un escritor joven
ventajosamente conocido por obras de mérito. ¿Será el Platino Cuevas? Sea o no
sea, es lo mismo para el lector; igualmente tanto monta para el crítico obligado
a decir la verdad, y la verdad es: Señor Cuevas, D. Platino, ese trabajo no es
malo, eso no; pero le falta con ser de alguna extensión, mucho de lo que le
sobra a la Casa del placer, de Maupassant: aquel encanto, aquella
modestia, digámoslo así, o bien aquella ingenuidad del vicio tan humana, tan sin
géneros y... tan difícil. Usted ha sido más estrepitoso y vehemente con
exuberancia de colorido y de vida, no puede negarse. Usted excitará mas
movimientos pasionales sin haber llegado a las bajas enormidades de Felipe Trigo
y escribiendo con la buena gramática que él ignora o renuncia a usar por
extravagancia o pose; pero aquella finura de frase y de concepto que descuella
en los pornografistas selectos y atildados del siglo XVIII y principios del XIX,
no ha dado usted con ella si es que lo intentó, y si no lo intentó debió
intentarlo, que talento y cultura le sobran.
Y dicho esto en honor de la justicia, séanos
permitido exclamar ante este libro a la vez precioso, con sus defectos y todo, a
la vez artístico y merecedor de censura, no tan grave, si el autor fuere joven:
¡Qué lástima de facultades empleadas en el libertinaje! J.F.
Publicado en El País, el 2 de marzo de 1908
Fuente y propiedad: Hemeroteca Nacional (BNE)
Digitalizado en el presente formato por J.M. Ramos para
http://www.iesxunqueira1.com/maupassant
[1]Tinieblas
en las cumbres, es la primera novela de Ramón Pérez de Ayala está fechada en
“Oviedo, diciembre 1905”, y aparece en Madrid, en 1907, con este subtítulo:
Historia de libertinaje. Novela póstuma de Platino Cuevas. Publícala precedida
de un Prefacio el R.P.X. S.J. A nadie podía despistar el seudónimo Plotino
Cuveas, que volvió a emplear Ayala para un estudio sobre Azorín que publicó en
la revista Europa en 1910, pues a la izquierda ponía: “Obras de Ramón Pérez de
Ayala: La paz del sendero (poesías). Artemisa (novela)”. Lo que en
la primera edición aparece como el Prefacio pasará después a Epílogo. (Nota de
J.M. Ramos)
[2] La Casa Tellier (Nota de J.M. Ramos)