La Época, 10 de enero de 1890

 

EN EL MAR

POR GUY DE MAUPASSANT [1]

 

El libro que con este título acaba de publicar el autor de Bel ami es de los que suelen llamarse en Francia de literatura personal.

Sólo los escritores de fama pueden permitirse, sin caer en el ridículo, sacar a la Luz obras de esta clase, la cuales, por inspiradas que sean, pocas veces consiguen contentar al vulgo y casi nunca, por lo tanto, llegan a ser populares. Hecho es este naturalísimo, puesto que para la mayoría de los lectores que constituyen la masa general del público, resultan demasiado sutiles y vaporosas las impresiones y los análisis psicológicos que predominan en este género de escritos.

Mas como la república de las letras no se rige por el voto de las mayorías, esto no impide que el libro de Guy de Maupassant encierre grandes bellezas, como no bastan tampoco para disimular sus no pequeños defectos los elogios de la crítica superficial que tiene por costumbre aplaudir cuanto se publica bajo la salvaguardia de un nombre acreditado.

En el mar es un verdadero estudio psicológico, pero de psicología a lo Paul Bourget, que nada tiene de común con las abstracciones de los filósofos espiritualistas acerca del alma, ni con los análisis de la psico-física moderna. Esta psicología literaria sigue otros caminos que la psicología filosófica; estudia el alma en vivo, buscando elementos artísticos donde su homónima pretende hallar la solución de intrincados problemas. Pocas veces se lanza a la esfera de las generalizaciones; prefiere lo individual y lo concreto, que después de todo, preciso es decirlo, es lo más positivo y lo más verdadero.

Si existiera la palabra, podría decirse que En el mar era un libro de autopsicología, puesto que es el mismo autor quien analiza y estudia la serie de sus impresiones. No es de extrañar, tratándose de una obra de esta clase, que sean tan desiguales sus páginas, antes bien revélase en esto que son verdaderas, pues nada más propio del espíritu humano que estas alzas y bajas, que le elevan las unas a la región de los dioses, y le hacen descender las otras al nivel de la escala zoológica.

Guy de Maupassant ha coleccionado en este libro las impresiones de una navegación a bordo de su yacht Bel ami, bautizado con el título de una de sus novelas. Las páginas de En el mar, en el mar están escritas efectivamente, y en él inspiradas, si no todas, muchas de ellas. Es este un libro espontáneo, en que no se persigue aparentemente con ningún artificio el fin artístico, y en que, por consiguiente, se revela mejor que en otro alguno la personalidad de su autor. Sus bellezas y sus defectos son los mismos que se notan en las demás producciones de Guy de Maupassant; pero en ésta, por la razón indicada, se aprecian mejor las unas y se perciben los otros con mayor claridad.

Maupassant es elocuente al hablar del hombre, y en cambio resulta vulgar muchas veces cuando se ocupa de la Naturaleza o de la sociedad. Diríase que sólo comprende el sentimiento individual, cuyas más recónditas palpitaciones y cuyos más delicados matices expresa de un modo inimitable. Pero en cambio su hastío frente a la realidad, acusándola de pobre y monótona, es antipático, y hasta si se quiere cursi. Si no alternaran con pasajes de intima poesía y con rasgos de ingenio, podría creerse que esas declamaciones eran las de un ente vulgar ante quien la Naturaleza no se digna mostrarse revestida de su eterna y augusta hermosura. A despecho de las preocupaciones antropocéntricas, la realidad es más grande que el hombre, es el todo frente a la parte, que por superior que sea, nunca le excede ni le iguala. El pueblo más artista que ha habido en mundo: el pueblo griego, ha sido también el que mejor ha comprendido la poesía y la hermosura de la Naturaleza.

Tal vez haya alguna afectación intencionada en estas caídas del autor de Une vie, y es posible que él las estime como positivas bellezas. Sea de esto lo que quiera, y a pesar de todo lo dicho, En el mar resulta un libro de agradabilísima lectura, en el cual hay muchas hermosas páginas que hacen olvidar los lunares que en otras aparecen.

A la versión castellana publicada por La España editorial, precede une estudio acerca del autor de Pierre et Jean, estudio que más bien pudiera llamarse apología, a juzgar por lo que él se exagera el elogio. Por grande y merecida que sea la fama de Maupassant hay que reconocer que ni como escritor ni como novelista está a la altura de Daudet, Zola y Paul Bourget. Ha escrito páginas dignas de un verdadero artista, pero también ha escrito otras que sólo son de amateur, amateur distinguido en verdad, pero amateur al fin.

E. GOMEZ DE BAQUERO

 

Publicado en La Época el 10 de enero de 1890.

Fuente y propiedad: Hemeroteca Nacional (BNE)

Digitalizado en el presente formato por J.M. Ramos para http://www.iesxunaqueira1.com/maupassant


[1] «En el mar», por Guy de Maupassant. Versión castellana de Leopoldo García Ramón. Madrid 1889. «La España Editorial» – Edición ilustrada.