La Época, 23 de agosto de 1881

NOTICIAS DE LA ARGELIA

Guy de Maupassant envía al Gaulois una correspondencia fechada el 10 en Djelfa, que contiene muy curiosos datos. Como ya en otra ocasión hemos dicho, el escritor citado ha pasado al África con el objeto de reconocer la verdadera situación del país.

Algunos párrafos de su carta aluden a los esparteros españoles; en prueba de su imparcialidad los daremos a conocer. Lo que en resumen escribe Mr. de Maupassant es que mucha parte de culpa en lo sucedido en Saida cabe a los mismos españoles, porque éstos, con la dureza de su trato para con los árabes, con los desafueros que con éstos cometían, se atrajeron de tal manera su odio, que cayeron furiosos sobre ellos sin herir un solo francés, y fueron los asesinos, no las gentes de Bu-Amana, sino las tribus vecinas y en relación constante con los espartales explotados por los españoles.

Aunque haya fundamento de verdad en esto, nunca excusaría, así la ferocidad inaudita de los indígenas argelinos que tan bárbaramente se han cebado en personas indefensas, como el descuido tan censurado y no justificado todavía de las autoridades francesas de la colonia, que nada hicieron para impedir la mantanza.

El mismo corresponsal del Gaulois insiste, con copia de datos y razones, en lo que ya el mismo periódico ha hecho público, siempre con informes del mismo origen, y es que sobre la administración francesa recae toda la culpa de la insurrección, porque por ignorancia o por mala fe se dice que los árabes son insumisos, malvados, feroces, incapaces de ganar por medios de persuasión, y que por lo mismo hay que perseguirlos y exterminarlos. Todo ello es falo: el árabe no es así, y si no se le vejara, se le engañara y se le explotara por la colonia francesa tan inicuamente como lo hace, no se rebelaría.

«Aquí, dice en los últimos párrafos de su carta Mr. de Maupassant, acostúmbrase uno a la injusticia, de tal modo se vive en la injusticia. Pero desafío a a que haya un francés que no se indigne si pasa, como yo he pasado, 20 días bajo la tienda de campaña, en medio de los árabes y andando de tribu en tribu.»

Publicado en La Época el 23 de agosto de 1881

Fuente y propiedad: Hemeroteca Nacional (Biblioteca Nacional de España)

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