La Época, 29 de agosto de 1888
 

Las termas del monte Oriol

por Guy de Maupassant

Versión española por Eugenio de Olavarría y Huarte. – Madrid, 1888.-- Librería de Fe.

 

Guy de Maupassant es, de igual manera que Paul Bourget, uno de los novelistas favoritos de las lectoras parisienses. Sus obras aparecen rodeadas de ese prestigio que da el nombre del escritor de moda, y aunque su fama es de fecha reciente, sus libros son de los que se colocan en primera línea en los escaparates de las librerías, se leen con avidez y merecen la atención preferente de los críticos.

En su última novela, Las termas del monte Oriol, ha escogido un establecimiento balneario como escena en que se desarrolla una pasión amorosa, tan ardiente como pasajera, uno de esos amores que brotan y se extinguen como una llamarada fugaz. Allí ha pintado Guy de Maupassant con singular maestría las bellezas de una naturaleza selvática, el típico carácter de los médicos y de los bañistas de Enval y las dos figuras de Cristiana y de Bretigny, unidas un momento por el amor y separadas luego por el olvido, que comparten el interés principal de la novela.

Pero donde más resalta la poesía de este relato es en su última parte, que pinta como se va extinguiendo la pasión de Bretigny hacia Cristiana, para seguir en eso la suerte de casi todos los amores culpables. Hay ráfagas de intensa melancolía en la pintura de ese amor, que muere sin luchas y sin conflictos por la acción silenciosa y lenta del hastío. Guy de Maupassant ha sabido realzar con raro acierto la figura de Cristiana de Audermatt, presentándola altiva y digna cuando se ve olvidada. Y por esa íntima simpatía que provoca el dolor, la heroína de Las termas del monte Oriol resulta regenerada cuando va a consolarse junto a la cuna de su hijo de su amor perdido y de sus ilusiones muertas.

La traducción que ha hecho el Sr. Olavarría y Huarte de este libro es muy esmerada. La precede un estudio crítico sobre Guy de Maupassant, interesante en extremo. La edición es elegante y lujosa. En la portada parece, destacándose en el fondo de un artístico paisaje, el retrato de Maupassant con su autógrafo.

 

 

Publicado en La Época, el 29 de agosto de 1888

Fuente y propiedad de la Hemeroteca Nacional (BNE)

Digitalizado en el presente formato por J.M. Ramos para http://www.iesxunqueira1.com/maupassant