El Heraldo de Madrid, 8 de julio de 1932

 

CINE-REALIDAD

Guerra al fino encaje de las imágenes de Maupassant, en Valenciennes de los encajes

 

En Valenciennes de los encajes acaba de producirse el escándalo con el film «El rosal de madame Husson», basado en la graciosa historia de Guy de Maupassant. El fino encaje de imágenes trazado y realizado por el director de la película no ha sido tolerado en la ciudad cuyo nombre se repite cada día por millares de bocas femeninas y de tenderos al pedir u ofrecer un encaje famoso. Es triste, pero es la verdad. La ciudad ha sido tan incomprensiva como otras en su alcalde, que ha prohibido la proyección. Guy de Maupassant ha sufrido una vez más en su sombra viejas rencillas, deudas viejas, contraídas por escribir en sus libros trozos de humanidad palpitante siempre. Contra la gloriosa sombra y contra la persona del director del film, la Federación Católica y la Unión de Familias de Valenciennes han protestado y han originado la decisión del alcalde.

La historia que aparece en la película sigue la que inmortalizó el maestro del relato breve. Puede verse por extractos de Prensa:

«Se trata de una buena señora que tiene la noble ambición de estimular la virtud femenina, y no pudiendo encontrar una joven virtuosa en el pueblo, evidentemente poco afortunado, en que su mala suerte le hace residir, decídese a premiar a un rosal un poco necio, Isidora (sic) (que tal es su nombre), con su gran vestido blanco y un ramo de azahares en el sombrero, no hace mala figura durante la ceremonia. Pero hacia el atardecer, excitada (sic) por un espléndido almuerzo, pierde de pronto toda su compostura, se fuga a Paris y vuelve muy tarde, en estado de embriaguez y con el vestido blanco lleno de manchas. «Su persona, añade Guy de Maupassant – olía a toda clase de lupanares y toda clase de vicios.»

Esta es la historia que film sigue.

Pero al llevar a la imagen plástica la excitación y divertimento de la dama (sic), el público protesta, ese público de la Federación Católica y de la Unión de Familias.

El público protesta, y el alcalde actúa presionado por el griterío de esos unidos y federados y sacudiéndose la presión, que verdaderamente deberá haber intimidado al alcalde.

–Señor alcalde: ¡qué está usted tratando con Maupassant!

 

 

Publicado en El Heraldo de Madrid, el 8 de julio de 1932

Fuente y propiedad de texto e imágenes: Hemeroteca Nacional (BNE)

Digitalizado en el presente formato por J. M. Ramos

para http://www.iesxunqueira1.com/maupassant