La Revista Popular (Pontevedra) 10 de enero de 1893.
LA LOCURA DE GUY DE MAUPASSANT
¡Qué horrible debe ser!
Medio cerebro sano llorando la debacle del otro medio.
Dualidad cerebral ¿para qué? Para refinar el dolor.
Crueldad siempre, hasta en la naturaleza.
Y todo porque a un grupo de células grises se les antoja estar inquietas y nerviosas.
El eretismo de lo infinitamente pequeño, privando al mundo de las creaciones maravillosa de un talento infinitamente grande.
«La cuerda cuanto más tensa da sonidos más agudos, pero también más pronto se rompe», dice nuestro sabio Echegaray refiriéndose a su don Lorenzo.
Por eso mucho genios pasan a locos saltando la borrosa frontera.
Cerebración intensa, sobreactividad funcional, son destellos luminosos y maravillosos del genio; pero ¡ay! que si existe falta de resistencia en el órgano, el crach es inevitable y la locura secuela tan necesaria, como el silencio a la ruptura de la cuerda que vibra.
Privado en un momento de ideas, no porque en él se hayan agotado, pues su caudal era tanto que bien bastaban los réditos para darse tono de genio; al presente llora el bien perdido, porque está medio sano, pero cuando la otra mitad del centro nervioso se vea atacado, como en todas las locuras circulares, descansará y será feliz al borrarse hasta los recuerdos de sus antiguas glorias.
Cree que sus ideas han volado convertidas en mariposas.
¡Pobre loco! ¡Mariposas las ideas!
Puntos de luz, fosforecencia, cualquier cosa, menos algo tangible y material, eran para ti esas manifestaciones del pensamiento y hoy como muchos hombres de ciencia materializas el espíritu.
Después de todo ¿qué son esas gigantes producciones del genio, en las ciencias, en las letras y en las artes?
Cerebración, eretismos pasajeros de las células y aflujo de sangre a la parte del cerebro que trabaja.
¿Talento? ¡Bah! Congestiones parciales.
HELIODORO FERNÁNDEZ GASTAÑADUY
Publicado en La Revista Popular (Pontevedra) 10 de enero de 1893.
Digitalizado en el presente formato por José M. Ramos González para