La Vanguardia, 3 de junio de 1902

 

ANÉCDOTA

 

[...] El Director de cierta Revista recibió una vez, acompañado de la consabida cartita pidiendo la inserción, el manuscrito de un cuento firmado por un joven literato que hacía sus primeras armas, «sin pretensiones de ningún género.» El director leyó el trabajo y luego cogiendo la pluma escribió la siguiente esquelita al mozo:

Muy señor mío: No vacilo en decir a usted que el cuento que me envía es verdaderamente notable y revela, no á un joven debutante, sino á un escritor de indiscutible mérito y de vigorosa personalidad. Yo publicaré con el mayor gusto y satisfaré á usted los honorarios que el trabajo se merece, pero con una condición: la de que usted me demuestre con documento auténtico y fidedigno, haber obtenido de Mr. Guy de Maupassant, el ilustre escritor francés ya fallecido y verdadero padre de la criatura que usted me envía, la autorización correspondiente para substituir su nombre con el de usted.– Con esta ocasión se ofrece de usted su S. S. y admirador: X.

 

Al otro día recibió el director de la Revista otra cartita del joven neófito en literatura, quien empezaba protestando de su buena fe, de su hidalguía, de su probidad como hombre y como escritor. Luego añadía:  «Lo que hay es, que entre la última línea del artículo que envié á usted y mi firma, olvidé el poner estas dos palabras: Traducido por. Ya ve usted, que la cosa no tiene importancia.»

 

No tiene importancia... Es exactamente lo que contestaba un caballerito sorprendido en el preciso momento de introducir los dedos en el bolsillo del chaleco de un transeúnte.

 

[...]

 

Pero señor—exclamará algún candoroso lector—¿cómo se exponen esos ratas literarios, por un cuento, ó dos ó tres, á que se les coja, vamos al decir, con las manos en la masa y á representar un papel tan triste?

Pues verás, lector querido: esos señores se hacen la reflexión de que son muchas las gentes que leen poco; muchas las que no recuerdan lo que han leído; muchas las que no saben el francés y...

Velay!

 

 

Fragmento del artículo publicado en La Vanguardia el 3 de junio de 1902, firmado por Juan BUSCÓN en su sección de crítica literaria Busca, buscando.

Fuente y propiedad de la hemeroteca de La Vanguardia: http://hemeroteca.lavanguardia.es

Digitalizado en el presente formato por J.M. Ramos para http://www.iesxunqueira1.com/maupassant/