La Vanguardia, 7 de octubre de 1944

 

CINE ALEMÁN

Película inspirada en una novela de Guy de Maupassant

 

Cuando hace años un joven estudiante montaba en un teatro de Munich «Los cuatro verdugos» y alcanzaba un éxito inesperado con una obra tan sencilla dentro de su expresividad emotiva, se podía afirmar que su autor, Helmut Käutner, vería la popularidad de su nombre aumentar aún más y llegar a brillar excepcionalmente en el arte europeo. Sus inmediatas creaciones sirvieron para demostrar que había escrito esta obra no movido por un afán económico inmediato, sino llevado por la pura vocación del teatro. Después del exilio de Munich, otras obras escritas por Helmut Käutner y estrenadas en Leipzig y en Berlín le consagraron definitivamente. Ya no era un simple autor teatral que dirigía sus propias creaciones. En «Vagabundos» llegó a ser incluso uno de los actores principales. En todas sus obras se revelaba una inclinación muy concreta por el ambiente de la vida misma, más que por la acción, por su poesía profunda y conmovedora.

El cine le sedujo, y sin abandonar sus tareas teatrales empezó a luchar por el séptimo arte, entonces todavía en sus balbuceos.

En los estudios, como anteriormente en el teatro, comenzó por escribir el argumento antes de ser el propio realizador. Como guionista el cine le debe, entre otros films, «Coche cama E. 417», «La Voz del más allá», «Deshojemos la margarita» y «El sastre Wibbel». Esta última producción señala su paso al oficio de director.

Fue uno de los primeros en comprender que para hacer cine era, ante todo, preciso desprenderse de los viejos trucos que había enseñado hasta entonces el teatro. No confió todo al diálogo. Es curioso hacer constar que muchas de sus obras apenas llegan al millar de palabras.

Este es el caso de una de sus más geniales producciones, «Romanza en tono menor», obra que está inspirada en una obra del famoso novelista francés Guy de Maupassant, y cuyo asunto refleja las contradicciones psicológicos de una mujer casada con un hombre vulgar y que busca una evasión a este drama íntimo. Obra de gran profundidad, requería una técnica cinematográfica a la altura de su asunto. Aquí es donde ha triunfado plenamente Helmut Käutner. Cuantas personas han visto la cinta han señalado en primer término como razón de su triunfo estas cualidades excepcionales del director. Y después la interpretación de Ferdinand Marian, Paul Daklhe y Marianne Hoppe en los papeles principales.

 

Publicado en La Vanguardia, sábado 7 de octubre de 1944, pág. 8

Fuente  y propiedad: Hemeroteca de la Vanguardia

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