EL MURO

Un muro duro, un muro sombrío, un infranqueable muro, eso fue con lo que choqué cuando rompí de un furioso puñetazo el lienzo donde un hábil artista había pintado la inmensidad del mar estremecido de velas y de alas, y el más lejano de los cielos, divinizado de estrellas!

El cuadro me irritaba, esta falsa visión de los infinitos, simulada por los azules, los verdes y los oros que se compran al mercader de colores. Un muro duro, un muro sombrío, un infranqueable muro, eso fue con lo que choqué cuando rompí de un furioso puñetazo el lienzo.

Pero con la cólera satisfecha, mis melancolías no fueron menos amargas; y, con los dedos doloridos, me pregunté en mis tristes pensamientos si un hombre, cuyo puño sería lo bastante poderoso para echar abajo el horizonte real, no encontraría también, más allá del mar y de los cielos y de los astros, un muro duro, un muro sombrío, un infranqueable muro.

Traducción de José M. Ramos
para http://www.iesxunqueira1.com/mendes