EL MEJOR DISFRAZ

–Para no ser reconocida en ese baile en el que se cometerán cien locuras – dijo la chiquilla de hipócritas ojos, de pérfida boca –¿qué disfraz pondré? Vamos, caballero, el tiempo apremia, aconséjeme. ¿Un antifaz de satén negro, sin barba? ¿Un antifaz de satén rosa con un encaje blanco a modo de barba? ¿Y si pusiese una de esas máscaras japonesas, feroces y fantásticas, con bigotes de hilachas, o bien – nada más divertido que esta fea cuando se es tan bonita – alguna horrible narizota para no ser reconocida en ese baile en el que se cometerán cien locuras?– dijo la chiquilla de hipócritas ojos, de pérfida boca.

–No – respondí yo – ¡ni antifaz rosa ni negro, ni máscara japonesa, ni narizota burlesca! Tenga solamente en los labios una sonrisa cuya promesa no miente, una franca mirada en los ojos, el rubor en los pómulos de un pudor sincero; ¡eso os bastará para no ser reconocida en ese baile donde se cometerán cien locuras!

Traducción de José M. Ramos
para http://www.iesxunqueira1.com/mendes