EL PAJARILLO, LA PERLA Y LA ROSA
El pajarillo
dijo:
–¡Por desgracia no estoy perfumado!
La perla dijo:
–¡Por desgracia no canto!
–Lo que realmente es cruel, dijo la rosa, es que yo no tengo ni la voz del
pájaro ni el brillo pálido de la perla.
Yo pasaba por allí y los escuché, no pudiendo impedir compartir la melancolía de
la rosa, de la perla y del pajarillo.
Decidí consolarlos.
–Hay que buscar una razón, les dije. No se podría tener todo. Es muy envidiable
ya, pajarillo, maravillar mediante trinos los silencios nocturnos; perla, ser
clara y lechosa como una lágrima caída de los ojos lejanos de la luna; rosa, ser
tan perfumada como la boca de las mujeres jóvenes a la hora en la que el beso
obliga al esparcimiento.
Hablando al unísono, la rosa, la perla y el pajarillo me respondieron:
–Ayer aún habríamos sido de tu opinión. ¡El perfume, el resplandor, el canto
eran y nos parecían funciones que con sólo una de ellas bastaría para orgullo de
cualquier cosa creada, fuese la que fuese! Pero he aquí que aconteció una
extraña aventura: no lejos de nosotros, una joven mujer pasó…
–Que cantaba mejor que yo, dijo el pajarillo.
–Más luminosa que yo, dijo la perla.
–Más perfumada que yo, dijo la rosa.
Y los tres, lamentándose, añadieron:
–De modo que nuestra derrota es todo lo amarga que pueda serlo; nos vimos
obligados a admirar y amar, agrupados en una sola persona, los tres encantos de
los que uno solo se nos ha concedido a nosotros.
Yo medité y dije:
–Ya veo lo que ha debido pasar. Marion ha venido por aquí. Pero tratad de
olvidar ese minuto aciago y abandonad vuestras tristezas. Yo soy su amigo y
conseguiré de ella que no se pasee más por vuestra vecindad; y nunca más
tendréis que soportar tal humillación, puesto que de todas las criaturas
vivientes, ¡Marion es la única que a la vez es perfume, canto y luz!
Traducción de
José M. Ramos
para http://www.iesxunqueira1.com/mendes |