GENÍ Y EL ZEPELÍN
(Música y letra de Chico Buarque)
¿inspirada en Bola de Sebo?

De los rengos y los tuertos
Del bajo fondo del puerto
Ella anduvo enamorada
Su cuerpo es de los errantes,
Vagabundos y emigrantes,
De los que no tienen nada.

Se entregaba desde niña
En garajes o cantinas,
Tras la pileta en el monte.
Reina de los prisioneros,
Las locas, los pordioseros,
Los dementes del asilo.

A menudo a su cuidado
Hay viejitos desahuciados
Y viudas sin porvenir

Es buena como son pocas
Por eso la ciudad toda
Repitiendo ha de seguir:

Tírenle piedra a Gení,
Tírenle piedra a Gení
Ella está para aguantar,
Ella está para escupir,
Se entrega a no importa quién,
Maldita Gení.

Un día surgió brillante
Entre las nubes, fluctuante,
Un enorme zepelín.

Se paró en los edificios
Abrió unos mil orificios
Con mil cañones así

La ciudad toda espantada
Se quedó paralizada,
Casi se volvió aldea.

Mas del zepelín gigante
Descendió el comandante
Diciendo: ¡cambié de idea!

Cuando vine a esta ciudad
Tanto horror e iniquidad
Resolví hacerla explotar

Mas puedo evitar el drama
Si es que aquella hermosa dama
De noche se entrega a mí.

Esa dama era Gení,
Mas no puede ser Gení,
Ella está para aguantar,
Ella está para escupir,
Se entrega a no importa quién,
Maldita Geni.

Sin que se lo propusiera
De tan ingenua y sincera
Cautivó al forastero

El guerrero tan vistoso,
Tan temido y poderoso
Quedó de ella prisionero.

Ocurre que la doncella
–y eso era secreto de ella –
Tenía también sus caprichos

Y a darse a hombre tan noble,
Tan oliendo a brillo y cobre,
Prefería amar los bichos.

Al oír tal herejía
La ciudad en romería
Su mano vino a besar

 

El prefecto de rodillas,
El obispo a hurtadillas,
El banquero y su millar.

Anda ve con él Gení
Anda ve con él Geni,
La que nos puede salvar,
La que nos va a redimir,
Se entrega no importa a quién,
Bendita Geni.

Fueron tantos los pedidos,
Tan sinceros, tan sentidos,
Que ella dominó su asco

Esa noche lancinante
Entregose a tal amante
Como un reo a su cadalso

Tanto suciedad le hizo
Relamiéndose de vicio
Hasta quedarse saciado

Y no bien amanecía
Partió en una nube fría
Con su zepelín plateado

Con un suspiro aliviado
Ella se acostó de lado
Y trató de sonreír.

Más luego al rayar el día
La ciudad en gritería
Ya no la dejó dormir.

Tírenle piedra a Gení,
Tírenle piedra a Gení,
Ella está para aguantar,
Ella está para escupir
Se entrega a no importa quién,
Maldita Gení. (bis)